Desde el viernes pasado llegaron a
México miembros de varias agencias de inteligencia de Estados Unidos
para participar en la investigación del ataque a dos agentes de la CIA
el viernes pasado en la zona de Tres Marías. Desde el momento en que
sucedió, la Embajada de Estados Unidos entró en frenesí y se decretó una
alerta roja a todo el personal norteamericano en territorio mexicano,
porque no tenían claro qué es lo que había pasado.
Esa noche la Embajada emitió un
comunicado donde aseguró que el vehículo diplomático en el que viajaban
había sido “emboscado”, sin dar mayores detalles. En medio de su
incertidumbre, de lo único que tenían certeza es que se había tratado de
un atentado premeditado.












