jueves, 14 de junio de 2018

Expediente Político


Por.- Alfredo Calva


Para qué debatir…

En un proceso electoral, quienes eligen tienen el derecho pleno de ser informados por cada uno de los contendientes de sus propuestas y programas de trabajo que implementarían en caso de que el sufragio ciudadano les otorgue el cargo ambicionado, y a su vez, tienen los electores la obligación de saber de los aspirantes, no solo lo referente a sus propuestas, sino también a lo relativo a su imagen y fama pública, así como su comportamiento laboral y personal.


Para ello, los candidatos con la independencia de la campaña personalizada de proselitismo entre sus posibles electores, deben de acudir a los foros a los que sean convocados en donde puedan contrastar sus ideas y programas con sus oponentes, eludir estos espacios es una irresponsabilidad y falta de respeto a los votantes, y quien lo hace, no merece que los ciudadanos sufraguen por él.


En éste tenor se encuentra el aspirante al senado por la coalición Juntos Haremos Historia, Jaime Bonilla Valdez, quien, sistemáticamente se ha negado a asistir a todos los eventos a los que ha sido invitado a presentar sus propuestas y a debatir con sus oponentes, incluido el debate obligatorio convocado por el INE.

Ante las reiteradas negativas del candidato morenista, sus oponentes, críticos y detractores, especialmente el abanderado del la coalición Por México al Frente, Jorge Ramos Hernández, lo han acusado de haber sido separado de su cargo en el distrito de agua en Otay Mesa en EU, por corrupto, de ser un militante activo del partido republicano en E.U. y haber apoyado económicamente la campaña de Donald Trump, de haber votado a favor de la reforma educativa, que ahora su candidato a la presidencia, Andrea Manuel López Obrador, quiere abrogar y, de carecer de un programa y proyecto de trabajo legislativo en favor de los bajacalifornianos.

Su inasistencia a los foros y el silencio de Bonilla Valdez, ha dado certinidad a los señalamientos en su contra y a generado entre los ciudadanos la idea de que no acepta las invitaciones por temor a que sus contrincantes expongan sus corruptelas, y a su incapacidad para contrastar y debatir ideas, lo que demostraría que no es un candidato que pueda llevar a cabo una responsabilidad como lo es el de representar a Baja California en el Congreso de la Unión.

De ahí la importancia de acudir a los foros a contrastar ideas y debatir.

¿Hasta cuando actuarán las autoridades?...
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La impunidad con la que actúan los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), debe de terminar, no importa si es en Chiapas, Oaxaca, Guerrero o la Ciudad de México, sus desmanes y delitos deben de ser detenidos y sancionados, en especial, por el grave daño que vienen causando a la niñez de esas entidades a las que han abandonado al negarles el derecho a la educación.

Con el pretexto de exigir la abrogación de la reforma educativa, la reinstalación de los maestros que fueron dados de baja por irresponsables al no acudir a los exámenes de evaluación y a cuanta ocurrencia se les antoja, los integrantes de la CNTE se han declarado en paro permanente en la capital chiapaneca y no conformes con no asistir a cumplir con su responsabilidad a las aulas, se dieron a la tarea de apoderarse de 15 estaciones expendedoras de combustibles y regalaron las gasolina y el diessel a todo ciudadano que acudió a surtirse, sin importarles la afectación a propietarios y empleados de las mismas.

Ya es tiempo que los tres órdenes de gobierno a través de sus fuerzas policiales impongan el estado de derecho y detengan a esos delincuentes que se dicen maestros, y castiguen de acuerdo a los ilícitos cometidos, los ciudadanos ya estamos hartos de tanta impunidad.

Y mientras tanto….

No importa quién gane la elección presidencial, quien llegue, tendrá tufo de corrupción. 

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