Lindero Norte / Reportaje Especial
Jorge Heras y Antonio Heras
Jorge Heras y Antonio Heras
Con su mano izquierda lanzó un dado de plástico, de esos que se usan para jugar apuestas callejeras, como si quisiera zafarse de una espiral que giraba con su propia suerte y con el deseo que los minutos pasaran rápidos, silentes en medio de jaculatorias que repetía en su mente, para evitar todo dolor en su cuerpo núbil hasta ese día.
Cuatro, ése fue el número de su suerte.