Por Indira Mata
Ahora resulta que en el Partido Acción Nacional (PAN) la lucha para postular a mujeres a los cargos de elección popular revela que a costa de cualquier precio pretenden utilizar como disfraz la “igualdad de género” designando a las amigas, esposas, hermanas y demás, vinculadas claro a quienes tradicionalmente han acaparado los cargos públicos y de elección.
Como en tiempos de Lucrecia Borgia (1480-1519), hija poderosa del Papa Alejandro VI, el utilizar a las parientes y amigas se pudiera observar de lo más ordinario, pero la realidad es que trastoca de manera negativa a los partidos políticos, que necesitan hoy más que nunca recuperar la credibilidad perdida.