Cero Grados.-La madrugada del pasado domingo, Ricardo, de 13
años de edad, había pedido permiso a sus padres para ir a jugar a casa de un
vecino, en la colonia Santa Lucía, en Escobedo, Nuevo León.
Cuando los menores se divertían afuera de la casa, los
ocupantes de un automóvil color gris, discutían con otro grupo de jóvenes que
se encontraban en la calle.