Rosarito Informa.-Unos 20 mil abuelitos asentados en la zona Este de la ciudad viven en el olvido. Unos abandonados por sus propios hijos, otros despojados por sus familiares pernoctan bajo pequeños cuartitos de cartón.
Jesús Moreno Valenzuela, presidente de la Fundación María AC, reveló
que las autoridades sólo les han dado paliativos o repartido pequeñas despensas en algunas temporadas del año por lo que la problemática va en crecimiento.En esta zona de Tijuana donde los índices de violencia se incrementan día con día, también los adultos de la tercera edad son víctimas, padres de hijos adictos a las drogas son abandonados y dejados en total indefensión.
“La ayuda que nosotros les proporcionamos es la única que ellos reciben, no hay ninguna ayuda de parte otro tipo de instituciones de gobierno es un paliativo para ellos vienen aquí y se les cambia su cambia su forma de vivir”, señaló.
Agregó: “viven en condiciones infrahumanas. En Cuartuchos, hay un abuelito que nosotros tenemos aquí que su casa esta forrada con casas de cartón sus paredes están forradas con estas cajas, llueve evidentemente y hay que conseguir más cajas”.
Don Chemita tiene 85 años de edad, cada mañana es recogido por la fundación María en la colonia Tenochtitlán, es uno de los miles de abuelitos abandonados. Nunca se casó pues una enfermedad en la columna vertebral lo imposibilito de por vida.
“No tengo a nadie desgraciadamente, yo tuve mala suerte cuando me quería casar pues me pego una enfermedad y ya no me case, yo sentía dolor de la columna para abajo, una cosa medio rara”, platica.
Chemita entrados los años y sin posibilidades de trabajar vendió un pequeño terreno que había comprado cuando era joven para poder comer “los años que le quedaran”: “El terrenito que tenia lo vendí barato pero le dije a la persona que se lo vendí que se lo daba barato con la condición de que me dejaba vivir mientras yo viviera”.
Jesús Moreno Valenzuela, presidente de la Fundación María exhortó a todas las autoridades y la sociedad en general a trabajar en conjunto sociedad y gobierno y no dar pie a paliativos:
“Y es que regularmente en estos tiempos se entregan las despensas, tenemos que hacer un plan bien organizado de cómo atender y procurar que la sociedad retome los valores que hemos abandonados cuando era el abuelo el motor de la sociedad y la familia”.
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