viernes, 19 de abril de 2013

A LA PALABRA…

Brote de mini cárteles y guerra vs carteles “protegidos” mas “habas” que en cuaresma…


Por Miguel Rojas Salazar

Nace en Tijuana La nueva policía investigadora y el fiscal municipal, versión parcial.
Las Reformas al código sobre narcomenudeo detonaron en un Brote esperado, de mini cárteles, corrupción y fuero policial dos líneas paralelas que se bifurcan o crean una simbiosis perfecta entre corrupción policial y delincuencia reciclable en Tijuana.


La modificación al Código de Procedimientos Penales y la Ley Orgánica para establecer la competencia de los Estados, en el delito del narcomenudeo,  a través de los Ministerios Públicos locales y del Tribunal Superior de Justicia en vigor desde el 21 de agosto del 2012 fue una crónica anunciada que modificó por una parte la reestructura de los Carteles y creo mini carteles independientes.

El poder legal policiaco sobre el narcomenudeo se presta a actuar o corromper más el aparato de justicia, un arma de doble filo.

Una de las acciones a destacar a partir del 21 de agosto del 2012, fue la transformación de la Procuraduría estatal a la Fiscalía General, el cual concede mayores atribuciones a este instituto para iniciar investigación de delitos que pertenecen al orden federal, como es el caso del narcomenudeo.

En  el menú de atribuciones se faculta a policías municipales a actuar sobre narcomenudistas una “flagrancia” que puede “crearse” o “desvanecerse” antes de llevar al límite la detención o acción ejecutoria.

Esta dicotomía policiaca marca la delgada línea de la subjetividad, mas fuero para cuotismo, proteccionismo y deslindamiento entre quejas, denuncias y despidos contra policías e inhibición al quejoso. 

Ante Sindicatura Municipal, las quejas contra policías en un estimado de 350 anuales para una queja por día se convierten en expedientes más burocráticos que literales que desembocan en cansancio y hostigamiento de los citados por ende, mas “pasaportes” a candidatos que violan la ley y los derechos humanos “disfrazados de policías”.

Antes que insistir  que la policía Municipal pueda ser parte investigadora y actora en delitos del fuero común y federal, debe “fondearse” hacia la misma estructura policial de Tijuana, “depurarse” y profesionalizarse. 

Existen policías infiltrados de narcomenudistas, una nomina delincuencial que deriva en proteccionismo, y crea una policía clasificadora de delincuentes, unos reciclables los muchos, otros intocables, los jefes…  

 Esa condición los convierte en juez y parte ante procesos sobre corrupción, prepotencia y abuso policiaco, ejes de un anacrónico sistema.

Antes debe reestructurarse la Academia Policiaca, 4 meses son insuficientes para crear policías Profesionales, la preparatoria mínima, estatura y complexión sujeta a las reformas que proyecten confianza a la sociedad antes que temor o inhibición.

Empero, sobre todas las cosas, entender que es  la  Procuraduría General de Justicia del Estado PGJE  la instancia que investigue sobre delitos de alto impacto, de fuero común y en todo caso a los propios policías delincuentes.

Las reformas en materia de combate al narcomenudeo que facultan a los estados del país para investigar, sancionar y erradicar ese flagelo, predecían al menos ocho entidades que sólo cumplirán a medias con la nueva ley, Baja california y Tijuana son dos.

En el artículo 474 se estableció que las autoridades de seguridad pública, procuración de justicia, así como de ejecución de sanciones de las entidades, conocerán y resolverán de delitos o ejecutarán sanciones cuando la cantidad de que se trate sea inferior a los montos previstos en una tabla de dosis y no haya elementos para presumir delincuencia organizada.

En tanto que la Procuraduría General de Justicia del Estado, PGJE ha sido en atracción de células independientes y narcomenudeo “selectivo” rebasada por acciones de la policía Municipal que creo a su vez un “procurador” Municipal, Alberto Capella Ibarra, la subjetividad es presumible, mas allá de sospechosa.

Agentes municipales como “Morales” adscrito a Playas de Tijuana, hace “redadas” contra peatones debiendo o no deudas, trayendo o no identificaciones oficiales, su prepotencia no tiene límites, pues al llenar la patrulla de indigentes, los pasa a otra “patrulla” evadiendo su responsabilidad de entregar al juez calificador al presentado y el presunto delito.

Como es de esperarse un 90% de detenidos son liberados.

Como el existen más del 60% de policías abusivos y prepotentes, que se creen investigadores, “allanando” esferas de ministeriales para crear plusvalía de cuotas y distribuidores de droga a quien “proteger”.

El mapa del hampa es obvio y frente a él se pasean, gastan gasolina y presumen torretas los protectores.

Zona Norte, hacinada de bares y prostitución, Plaza Santa Cecilia, “oficina” de polleros con extensión a Hoteles y bares de la Coahuila, y tienditas con sucursales presentan el ángulo paradójico fuera de reflectores que no sean detenciones “obligadas” por obvias como la de la célula de sicarios “Los Talibanes” una de cal, por 12 de arena…mas habas que en cuaresma…

AL SILENCIO…El Uniforme de Capella, pesa… ¿sentido metafórico o literal?

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