domingo, 2 de marzo de 2014

Politykronos

*Los nefandos de Sindicatura y su “hambre económica”

Por Hugo Isaac Rea Torres

CISMA.- Lo acontecido en la esfera gubernamental del municipio, entre Sindicatura y Presidencia, viene a romper con los paradigmas tradicionales que se venían dando con las anteriores 20 administraciones del ayuntamiento de Tijuana, ocasionando eso más preocupación entre los diversos sectores políticos, económicos y sociales, que el anuncio fallido que hicieron las autoridades responsables de prevenir a la población en torno de las tormentas presuntamente atípicas “que no se registraban en la ciudad en el transcurso de los últimos 30 años”.


De este lamentable asunto político se crea una gran duda y llama poderosamente la atención que haya sido el descafeinado cerebro del caprichoso junior Arturito Ledesma Romo, el artífice de semejante toma de decisiones para separar de sus cargos, en primer lugar: al secretario general de gobierno, Bernardo Padilla Muñoz, así como a funcionarios que presuntamente se vieron inmiscuidos en errores cometidos por la empresa constructora responsable de repavimentar un tramo de la Calle Segunda del centro de la ciudad, más aún crece la duda de su “valentía” para tomar decisiones cuando está rodeado de “colaboradores” como su segundo de abordo, Noé Rivera, y el inefable Rubén Salazar Limón, quienes desde que se iniciaron en la vida pública solo se han distinguido por acrecentar su mala fama por sus aviesos intereses personales.

Y es que ha quedado extremadamente claro que a los titiriteros del Síndico Procurador les ha ganado el estómago, más que la exigencia de transparencia en el manejo de las cuestiones públicas del ayuntamiento o el cumplimiento de las disposiciones que tiene como responsabilidad observar y aplicar esa dependencia, pues de ser lo contrario a esta aseveración, hubiesen empezado con los señalamientos directos que ha habido en contra del manejo de los recursos públicos cometidos por la anterior administración municipal, cuyos principales responsables son Carlos Bustamante Sr. y Jr.


“El Pildón”, esa larva desprovista de facultades cognoscitivas básicas llamada síndico procurador, es dócilmente manejada por sus “colaboradores” que han visto en ésta administración municipal su última oportunidad para enriquecerse, pues al juzgar como son, consideran que en todas las dependencias municipales se manejan recursos “por debajo del agua” de los cuales exigen su “comisión”. De quienes se presume que mueven el tinglado son:

Noé Rivera Domínguez, suplente de “El Pildón”, de éste se puede recordar que es ingeniero en sistemas, egresado del Tecnológico de Monterrey y su principal característica ha sido su voracidad económica y la traición que se le conoce inició en “las grandes ligas” en 1998, cuando se unió a la infausta Elba Esther Gordillo. Fue subsecretario de Acción Electoral del PRI; registró el Partido Nueva Alianza; traicionó a Francisco Labastida, Roberto Madrazo, Ulises Ruíz y otros muchos políticos; recibió una golpiza de Jorge Kawaghi y Jorge Emilio Domínguez cuando se enteraron éstos que en ese tiempo intentó apoderarse del Partido Verde a través del magisterio y de lo cual advirtió que “en su momento se vengaría”; fue diputado federal electo en 2003 sin haber podido tomar posesión; hace cuatro años “apareció” junto al ex alcalde de Ensenada, Enrique Pelayo, para asesorarle que extorsionara a la empresa Sempra y ahora está en Tijuana con intenciones nada claras ya demostradas a través de su monigote el síndico.

Del mediocre Rubén Salazar Limón conocido como “El Muelas” y exlíder del “Movimiento territorial”, fue regidor en la pasada administración porque se la ganó por haber “destapado” a María Elvia de Hank. Tiene fama de porro y cola que le pisen en el asunto de los edificios “Alfa Panamericano”, cuando Hank prometió terrenos a los desalojados. Se dice que Salazar, junto con Laurencio Dado –quien fue diputado por el distrito 12– y Marcelino Hidalgo, sacaron provecho de la venta de terrenos. Fue aspirante a l diputación por el distrito 11 que le ganó la panista Rosalba López Regalado y hoy cobra como “asesor general” en Sindicatura.

Ahora bien, como lo dejó muy claro el posicionamiento del representante del Partido del Trabajo, José Refugio Cañada García, en la acción de suspender de sus funciones a empleados de primero y segundo nivel del Ayuntamiento, el síndico procurador se excedió en sus atribuciones y abusó del poder, lo cual también se castiga, pues es improcedente primero castigar y después investigar.

Hasta aquí la dejamos, no sin antes recomendarles que ¡NO SE ENREDEN, Y PUNTO! Agradeciendo su lectura y la difusión de estos puntos de vista a los colegas de medios impresos y electrónicos que nos honran con ello.

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