Por.-
Alfredo Calva
¿Silvano,
daño por nueve millones?....
En
la ultima sesión de cabildo del VII Ayuntamiento de Playas de Rosarito, llevada
a cabo el pasado jueves trece de éste mes patrio, salió a relucir el nombre de
quién ha sido uno de los alcaldes nocivos para esa demarcación, Silvano Abarca
Macklis, quien durante su gestión como alcalde en el VI Ayuntamiento, se
comprometió con los representantes de los trabajadores sindicalizados del
gobierno municipal, a cubrir el costo de las pólizas de los seguros de vida de
los integrantes de ese organismo que guardan el estatus de jubilados,
compromiso que incumplió y que hoy representa para la presente administración
un quebranto de nueve millones de pesos.
El
ex alcalde como ha sido costumbre en sus gestiones en la función pública,
prometió y acordó con los sindicalizados, a cambio de su lealtad a las
propuestas políticas de su partido el PAN, cubrir el monto de los seguros de
vida de quienes ya estaban pensionados, sin embargo, jamás cumplió con lo
prometido y pactado y durante este tiempo se registró el fallecimiento de
cuatro empleados ya pensionados cuyas familias no recibieron el pago
correspondiente al seguro de vida, por no haber sido cubiertas las pólizas
respectivas.
Los
engañados consideran que la omisión de Abarca Macklis dejo en la indefensión a
las cuatro familias, y esta irresponsabilidad se trasladó a la presente
administración por lo que ahora le exigen al VII Ayuntamiento, cumpla y cubra
el dinero que debió de entregar la compañía aseguradora, el cual asciende a
casi nueve millones de pesos, obviamente, que de hacerlo la alcaldesa Mirna
Rincón Vargas, causará a las arcas municipales una horadación económica.
Es
por ello, que en la sesión de cabildo al ser presentado este asunto, en el que
se solicitaba la autorización de una partida presupuestal para cubrir el
adeudo, éste fue objetado por la mayoría de los ediles presentes al
considerarlo un asunto que no recaía en su competencia, toda vez que, el
acuerdo en mención solo había sido signado por el ex alcalde Abarca Macklis y
nunca solicitó a su cabildo la autorización de la partida municipal
correspondiente para el pago de las pólizas, y no estaba firmado por la presidente
municipal actual, razón por la que se solicito se desechara y se mandara a revisión
y análisis del ejecutivo, lo que finalmente se realizó.
Se
debe destacar, que en la sesión se conto con la presencia del dirigente del
sindicato de burócratas, Miguel Ibarra, quien llegó acompañado con algunos de
los trabajadores ya jubilados y familiares de los fallecidos, quienes con su
presencia e intervenciones ante el pleno, en las que dejaron en claro, que si
no se aprobaba la partida presupuestal llevarían el asunto a los juzgados, pretendieron
intimidar y presionar a los integrantes del cabildo para que con su aprobación,
se les pagará el adeudo y de paso, se corrigiera la irregular acción del ex
alcalde, Silvano Abarca Macklis, y con ello evitarle posibles consecuencias punitivas.
Sin
embargo, no les resultó y el asunto fue descartado y enviado a estudio y
análisis, y los ediles que votaron porque así fuera, no lo hicieron por estar
en contra del reclamo justo de los trabajadores jubilados, sino por la
irresponsabilidad cometida por Silvano Abarca Macklis, quién en aras de su
acostumbrado valemadrismo, no sometió a aprobación el acuerdo con los
trabajadores a su cabildo, y por ende, no guarda validez para la presente
administración, y esto, debe de tener consecuencias administrativas y en su
caso, si así se determina, hasta penal.
La
decisión tomada en votación por la mayoría del cuerpo edilicio, coloca a la alcaldesa
Mirna Rincón Vargas, en una posición políticamente incomoda, ya que, cualquiera
que sea su determinación, le representará un costo político, lo que debe de
agradecer a la ausencia de conectividad de la lengua con el cerebro, de Silvano
Abarca, así como su falta de cumplimiento.
Rincón
Vargas no puede inhibir el derecho de los engañados por Abarca Macklis de
exigir el cumplimiento del acuerdo pactado, pero cierto es, que de aceptar y
dar validez ella a ese acuerdo plasmando su firma en un documento similar al signado
por el ex alcalde, hará un boquete de nueve millones de pesos a las arcas
municipales, recursos que le son necesarios para cubrir los servicios públicos a
los que esta obligada por ley proveer, y que además tienen derecho y exigen los
rosaritenses.
Pero
también cierto es, que si decide no aceptar la demanda de los trabajadores
jubilados, no pueden culpar a su gobierno, no está obligado por ley a cubrir el
monto de los nueve millones de pesos, lo que se determinaría a través de un
juzgado, por lo que, la reflexión política en la que fue inmersa la alcaldesa
sobre el particular, debe de estar presente un hecho fundamental, que su
administración no tiene los recursos financieros para hacerlo y no está
obligada a subsanar la irresponsable acción de su antecesor, quien por cierto,
cuando hace referencia a su persona, hace gala del alto grado de misoginia que
le tiene.
Análisis
y determinación difícil para la alcaldesa Mirna Rincón.
Y
mientras tanto….
En
el poder judicial de Baja California, se incrementa su fétido aroma de
corrupción, con su pretendida pensión vitalicia de retiro.
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