martes, 19 de febrero de 2019

Expediente Político


Por.- Alfredo Calva


AMLO el buleador….

En su homilía mañanera del pasado siete de febrero, su santidad AMLO I lanzó toda su furia en contra de los y las operadores de estancias infantiles que reciben a los hijos de padres que tienen la necesidad de que cuiden a sus vástagos mientras ellos trabajan para poder llevar el sustento a sus casas y sacar avante a sus hijos, por considerarlos integrantes de la fauna nociva de la corrupción, sin importarle el daño colateral que causó a más de 350 mil niños y niñas que resultaron afectados por esta decisión.


De acuerdo a lo expuesto en su homilía, el distintivo en las estancias infantiles fue la corrupción, así lo demostraron, dijo, las investigaciones realizadas a las estancias, y es por ello, que decide desaparece el programa de estancias infantiles y pone en marcha el de becas a madres trabajadoras, programa que consistirá en entregar a las madres trabajadoras la cantidad de 1600 pesos,  cada bimestre para que los empleen en lo que consideren pertinente.



La postura de su santidad AMLO I afectará seriamente a las 9300 estancias infantiles y obviamente, a los más de 350 mil niños y niñas que en ellas se atendían y cuidaban mientras su padres trabajaban, gracias a la voluntad del Mesías y a su cacareada lucha de combate a la corrupción, combate que solo es una simulación, ya que no presentó ante la autoridad correspondiente ninguna denuncia al respecto en contra de quien o quienes incurrieron en actos ilícitos, solo fueron sus palabras como en todas las ocasiones en que habla sobre la corrupción en las diferentes dependencias.

Fue tan estólida su decisión, que generó que la responsable del programa de estancias infantiles, Clara Torres Armendáriz, quien se le considera e  el ámbito gubernamental, como una gran entusiasta de los programas de desarrollo de los niños, por considerar inadecuada, absurda e insensible la decisión de AMLO I.

Nadie está en contra de que se castigue la corrupción, todos apoyan porque desean erradicar ese flagelo, para ello se debe investigar y detectar quien o quienes incurrieron en esa práctica y ejercer acción punitiva contra él o los responsables, el que solo quede a capricho y voluntad del ejecutivo, sin consecuencias, se esta generando inmunidad en quienes delinquieron, y afectación en quienes se supone, deben de ser los beneficiados.
De seguir así la cuarta transformación, terminará siendo la transformación de cuarta.

Y decidió la nomenklatura morenista….

Finalmente el velo se descorrió y los nombres de los candidatos de Morena a las diputaciones locales y a las alcaldías se conocieron, los malestares afloraron y los acuerdos de civilidad política signados por los participantes, solo sirvieron para envolver frijol en los municipios de Tijuana y Rosarito.

En Tijuana, la nomenklatura demoscópica responsable de consultar a los ciudadanos en sus preferencias sobre Jaime Martínez Veloz, Ismael Burgueño, Arturo González Cruz, Mario Escobedo, José Ángel Peñaflor y Carlos Atilano Peña, increíblemente se decidieron por González Cruz, lo que molestó a Veloz, Atilano y Peñaflor, quienes de inmediato manifestaron su repudio y deseo de impugnar el resultado.

Por lo que se refiere a Rosarito, ahí la sorpresa fue mayor, la nomenklatura se voló la barda, ya que de acuerdo a sus consultas a los rosaritenses que tuvieron la suerte de ser entrevistados sobre a quién preferían para candidata a la alcaldía de entre Laura Torres, Julia Méndez, Aracely Brown, Rocío Adame y Meliza Sandoval, la mayoría se inclinó por Aracely Brown, lo que causo prurito en la planilla de quienes fueron menos favorecidas y al igual que en Tijuana en el quinto municipio habrá manifestaciones de rechazo e inconformidad.

Mal y de malas la nomenklatura.

Y mientras tanto….

En el PRI y el PAN de Rosarito también tendrán su caos político interno.


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