domingo, 15 de marzo de 2020

Expediente Político

Por.- Alfredo Calva y Jorge Camacho

Empieza la lucha por el poder, entre el Gobernador Jaime Bonilla y el Alcalde Arturo
González

La revancha….

En días recientes el alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, dio de baja a quien fuera delegado municipal en Playas de Tijuana, Manuel Alexandro Morán Fabela, por el desastre político, social y administrativo que generó durante estos casi seis meses de administración, en la demarcación que le fue encomendada para su eficaz, eficiente y seguro desarrollo, objetivos que quedaron muy lejos de lograrse.
El ex funcionario es hijo del diputado local por Morena, Víctor Morán y Blanca Esthela Fabela, directora estatal del DIF, quienes al conocer que su retoño fue sacado por la puerta de atrás por el primer edil, de inmediato idearon la forma y el camino para la revancha política.
Y no tardaron mucho en decidir el como y el donde, utilizaron su relación y cercanía con el gobernador del estado, Jaime Bonilla Valdéz, por aquello de las impugnación que realizó Blanca Esthela Fabela, ante el Tribunal Electoral del Estado (TEE), al mandato constitucional que marcaba el período de dos años para la gubernatura que estuvo en juego el año pasado y que finalmente obtuvo Bonilla Valdéz, para que diera empleo a su vástago en el cargo que hasta ayer viernes ostentaba Ricardo González Cruz, hermano del alcalde de Tijuana, como subsecretario administrativo en la Oficialía Mayor del estado.
El gobernador, que es magnánimo y consentidor con quiénes le sirven, les concedió el gusto, por lo que ayer el Oficial Mayor, Salomón Faz, informo de la “renuncia" de González Cruz, por “proyectos personales” a realizar, dijo, y la llegada como encargado de despacho de la subsecretaria administrativa de Morán Fabela.

Simple y contundente la revancha.

 Sin embargo tal situación más bien pareciera un “pleito político” entre el Alcalde Arturo González Cruz y el Gobernador del Estado Jaime Bonilla por lo que se avizora para el 2021, evidenciándose de que ambos traen planes diferentes para el próximo proceso electoral.

Se sabe, que por lo pronto, el Alcalde se vale de las estructuras de diversas dependencias municipales utilizándolas para crear la formación del nuevo Partido político que el Senador Pedro Aces con el respaldo del también Senador Ricardo Monrreal, pretenden crear por aquello de que en MORENA, su actual partido, no les salgan las cosas como las “tiene pleneadas”

La lucha por el poder entre los morenistas para la próxima administración ya empezó, el claro ejemplo de ello, son las “diferencias” entre el Gobernador y su gente y el Alcalde y su gente.

 Pero, el problema de fondo no es la confrontación política, negada por ambos bandos, entre integrantes de las administraciones que encabezan el gobernador, Bonilla Valdéz y el alcalde de Tijuana, González Cruz, el asunto preocupante es la incursión de los “Juniors" en la actividad política.

Si ya es una carga nociva para los ciudadanos soportar y mantener a la mayoría de la fauna política en el país, por su escasa productividad y su alta capacidad de corrupción, peor de corrosivo es para los sufridos mexicanos también soportar a la camada de “Juniors" que, por ocurrencias y caprichos propios o de sus papis, les da por intervenir en la actividad política a través de importantes cargos de elección o designación, en sus municipios, estados o el país. 

Baja California y sus municipios no son la excepción, ejemplos de “Juniors" incrustados en las administraciones municipales y el estado son conocidos, las posiciones que hoy ostentan son producto de las influencias e intervenciones directas de sus progenitores, que como buenos padres consentidores, les obsequian cargos en las administraciones públicas de primer y segundo nivel.

En la jerga de nuestro país el vocablo “Júnior" guarda una connotación de rechazo y se les asigna a aquellos que no solo llevan el mismo nombre de su progenitor, sino a todos los que descienden de padres de gran poder económico, político, o ambos, cuyo comportamiento en la mayoría de las ocasiones se encuentra ligado a escándalos, abusos e ilegalidades, sin que ello les acarree consecuencia alguna.

De actuar irresponsable, que en general no son capaces de ganarse la vida por sí mismos y dependen de que su progenitor los mantenga, o les regale un cargo, ya sea en la empresa familiar o en la administración pública, y ésta obsequiosidad de los progenitores hacia sus vástagos, termina por regla general, en un pésimo servicio a los ciudadanos y esto, ha venido siendo en la última década, el deporte favorito de progenitores y descendientes de la fauna política.

Morán Fabela no es el único caso de éste tipo, en similares circunstancias de deterioro y desastre se encuentra la delegación municipal de La Presa, Mónica Lucero Vázquez Arévalo, quien recibió de su progenitor tan ingente regalo, en especial, para una persona cuyo perfil no reúne las características y cualidades para ejercer una función ejecutiva de ese nivel, pero un padre tan bonachón como el diputado local, Julio Vázquez del PT, que no negociaría para el bienestar de su descendiente, aunque esto represente un daño y retroceso social, político y administrativo, a esa demarcación.

Benditas facturas políticas. 
Y lo macabro es, que ésta “tendencia” va que vuela para convertirse en pandemia nacional.

Y mientras tanto….

Sin ser alarmistas, pero sin ser indolentes con el asunto de la propagación del coronavirus, atendamos y pongamos en acción las medidas preventivas que nos recomiendan las autoridades sanitarias.

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