No hay liderazgos por decreto, ni por encargo, en todo deporte hay que prepararse; en el box, en el fútbol, en la gimnasia.
El ciclismo de ruta se juega en equipo, en cuartetas; sin embargo, las capacidades individuales también son determinantes en toda competencia.
Una escuadra tiene sus propios colores, se distinguen por el uniforme del equipo.
Una escuadra de ciclismo tiene un especialista en montaña, su capacidad debe ser la suficiente para subir a más de 2,500 metros sobre el nivel de mar y poder respirar sin agitarse, sin que le falte el aire, con el suficiente poder para trepar a la cima.
Los corredores en esta especialidad generalmente son de físico correoso, tienen muchos kilómetros en las piernas.
El equipo de ciclismo tiene un especialista contra reloj, combina las disciplinas de ruta y de pista, porque entrenar en un velódromo requiere una bicicleta diferente, con un brazo de pedal más corto, para no pegar en la pista curva, lo que hace más fuerza y más musculo, una capacidad que lo especializa en esta prueba.
Estos corredores son de mayor volumen, hacen piernas de gran tamaño, son una bala contra el reloj, en terreno plano y sin aire.
Una cuarteta tiene un corredor que puede ir en la bola, en el pelotón, sin puntear y sin fugarse, su gran poder reside en aguantar un ritmo a gran velocidad, con toda la fuerza, para competir en un cierre por llegar a la meta.
Su capacidad para embalarse le permite hacer un sprint para poder fugarse, a media competencia, al inicio o al final. Lo demás depende si mantiene el ritmo o la capacidad de hacer equipo, incluso con los contrarios.
El líder del equipo debe tener todas las capacidades, subir montañas sin quedarse rezagado, ganarle al reloj en todo momento, lo que significa que puede hacer lo mismo, pero en menor tiempo, y en el momento que sea necesario fugarse del montón o cerrar a toda velocidad para llegar a la meta.
Las capacidades del líder le permiten coordinar a un equipo sobre el terreno, para dejar pasar al frente, para repartir funciones, para dar el espectáculo. Un líder debe abrir camino.
En la competencia existe un grupo compacto, de todos los equipos, es el pelotón, corren juntos porque se ayudan para cortar el aire, es una forma práctica de avanzar sin esfuerzo.
Están los rezagados, los que se quedan y los que se llevan reflectores son los fugados, los que se animan para escaparse del montón, los que van al frente, ya sea por sí solos o acompañados de otros corredores, de otros equipos, en fuga se apoyan mutuamente, se van rolando al frente, hasta lo más cercano a la meta, donde cada quién demuestra de qué está hecho. Y si el fugado de veras se tiene fe, se puede ir en fuga sólo.
Lo demás es coordinado por un técnico, por masajistas, por cocineros, por equipo de apoyo para el traslado, por los médicos, patrocinadores y mecánicos, por todos los que hacen un trabajo debajo de la pista. La bicicleta es una espada, ligera, resistente, cómplice, es parte del corredor.
Se dice que las carreras no las gana la mejor bicicleta, sino el mejor corredor, pero lo cierto es que la bicicleta debe estar en óptimas condiciones mecánicas.
Las competencias, las jornadas, pueden ser de casi 200 kilómetros, a un promedio de 38-40 kilómetros por hora.
La Vuelta México tenía jornadas de 180 kilómetros, de 240, algunas cortitas como la México-Puebla es de 110 kilómetros, con meta de montaña en Río Frío, a las faldas de los volcanes. En el Tour de Francia, en el Giro de Italia, en muchas otras, se corre por etapas, el tiempo se va acumulando, el líder de la competencia viste el suéter amarillo, el jersey amarillo es el distintivo del liderazgo, aunque no gane una sola jornada, lo que cuenta es su constancia, su capacidad de estar en primera línea, en todas las batallas.
En contrario, existen corredores que son capaces de ganar una jornada y al siguiente día terminan en último lugar, perdiendo puntos, alejándose del liderato, sin volver a figurar. En otros casos, también existen campeones que han hecho fraude, ya sea porque se doparon o por actos prohibidos.
Los directores técnicos no se pueden equivocar, giran instrucciones a la cuarteta, analizan las posibilidades de ataque, las capacidades de los contrincantes, los últimos resultados en la misma batalla, 2012, 2013, 2015, 2018, 2021.
Cada corredor defiende a su equipo, sin embargo, cuerpo técnico y corredores saben que cuando se pierde la estrategia, caben las capacidades personales, para demostrar de que estamos hechos, porque a final de cuentas gana o pierde el equipo. Cuando el favorito ya no puede ir al frente, cuando ya no puede subir, lo que más le conviene es ayudar al de su equipo cuando va fugado.
En la foto de 1985 se puede ver a Bernardo de Jesús Saldaña Téllez, va completo, subiendo a la meta de montaña, en Río Frío. Atrás de él, un corredor que no sale en la foto, sólo la sombra, a pesar que lleva las preferencias. Fue la segunda etapa del XI Premio Ciclista Juvenil Ovaciones.
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