Según mencionó en su exposición de motivos, muchos niños superdotados aprenden: a leer a temprana edad con una mejor comprensión de los matices del lenguaje, y mejor las habilidades básicas, con más rapidez y con menos práctica, buscando siempre el "cómo" y el "por qué".
Agregó que, a estos alumnos les gusta saber cosas nuevas, son muy curiosos e independientes, y a menudo tienen energía aparentemente ilimitada y siempre prefieren relacionarse con personas más grandes que ellos.
Por ello, consideró que las actuales estipulaciones legislativas dirigidas a la atención de alumnos y alumnas sobresalientes, deben contar con elementos más precisos de las acciones mínimas que deben realizarse para garantizar que todo el talento de estos niños, niñas y adolescentes no se pierda, entre la imposibilidad de las familias y la diferencia de las instituciones.
En razón de lo anterior, resaltó que, una acción básica seria contar con dicho registro que propone, cuya función no solo sea la de identificarlos y diagnosticarlos, sino la de darles un seguimiento puntual y apoyarlos en su desempeño y rendimiento día a día.
Indicó que, los estudiantes superdotados necesitan ser estimulados intelectualmente para que puedan desarrollar sus habilidades; y requieren servicios educativos complementarios, ya que el maestro enseña la misma materia a todos los estudiantes en sus respectivos niveles.
Desafortunadamente, al no contar el estudiante superdotado con enseñanzas adicionales de un nivel avanzado, puede llegar a aburrirse de forma considerable en las clases y no rendir como debería, sacando bajas calificaciones, puntualizó.
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