Rosarito Informa.-Con el “árbitro”
electoral reducido a un mero ente legalista que cuando no es omiso actúa con
lentitud y autocomplacencia, el caso de la escandalosa compra masiva de votos
que se le atribuye al PRI mediante las tiendas Soriana pone de nuevo en
entredicho al IFE y la legitimidad misma del proceso electivo nacional.
La magnitud
de lo que muestran las numerosas evidencias no sólo concitó la impugnación
lopezobradorista, sino que incluso le devolvió la voz al presidente Felipe
Calderón y a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, quienes en un primer
momento validaron la elección del 1 de julio y el triunfo de Enrique Peña Nieto
y ahora denuncian la inequidad del proceso.
El
coordinador de campaña de Andrés Manuel López Obrador, el senador Ricardo
Monreal, consideró los comicios del 1 de julio como “los más sucios” de la
historia electoral mexicana, y su calificación se halla confirmada en la
denuncia de la izquierda contra el candidato presidencial priista Enrique Peña
Nieto (EPN) por rebasar los gastos de campaña; el escándalo de los 56 millones
de pesos no pagados por el equipo del mexiquense al Grupo Financiero Monex bajo
el acuerdo de posicionar su imagen; los convenios millonarios otorgados por
gobernadores priistas al Grupo Soriana para repartir miles de tarjetas con el
fin de comprar millones votos; la aportación de dinero de particulares, y un
paquete de 37 facturas y tres listados del Grupo Financiero Monex por un monto
de 240 millones de pesos, con el registro de “recompensas corporativo carga de
saldos prepago”.
Así terminó
la Operación maletas, como fue llamada la estrategia detallada por la reportera
Jesusa Cervantes, donde dio cuenta de estos tipos de “promoción” del voto a
favor de Enrique Peña Nieto.
La
triangulación de recursos estuvo en buena parte a cargo de empleados de la
educación y maestros, así como de militantes priistas, porque al PRI le
preocupaba el resultado de los comicios sobre todo en seis entidades: Jalisco,
Guerrero, Puebla, Veracruz, Tabasco y el Distrito Federal. En entrevista con la
revista Proceso, Monreal manifestó: “El problema no está en el conteo de votos,
sino en el compreo de votos.
Hubo una
campaña sucia, no hubo equidad, no hubo profesionalismo, no hubo objetividad
del Instituto Federal Electoral.
Fue incluso
la más sucia en la historia del país, pero, además, de un cinismo y de una
corrupción que quieren hacer parecer como normales o que aceptemos como
normales.
“Fueron tres
operaciones: la de los 4 millones de tarjetas Soriana pre pagadas, la de Monex,
y la alineación de las encuestadoras para favorecer la imagen de Peña Nieto”,
resaltó Monreal.
Expuso que
la elección del Estado de México realizada en enero de 2011 y en la cual ganó
el priista Eruviel Ávila pese a la comprobación de que fueron rebasados topes
de campaña mediante la entrega de la tarjeta llamada La Efectiva, fue “el
ensayo de la doble contabilidad de la campaña electoral” de Enrique Peña Nieto.
En el caso de las encuestadoras, el senador
sostuvo que demostrarán la inducción del voto mediante la difusión de sus
encuestas, aunque casi todas fallaron en sus predicciones aritméticas o
porcentuales respecto a las preferencias electorales para el priista sobre
López Obrador.
VOTOS DE “A
MIL” PESOS A nivel social, precisó Monreal, es necesario reconocer que el PRI
compró millones de votos porque mucha gente se los vendió.
Del 1 de
julio a la fecha, a la casa de campaña de López Obrador o a las oficinas de
Monreal no han dejado de llegar las evidencias de la compra de millones de
votos para el candidato priista a la Presidencia.
Monreal
asegura que lo más triste es que los denunciantes no están arrepentidos por
haber proporcionado los datos de sus credenciales de elector ante la promesa de
despensas o de más de mil pesos para las tarjetas Soriana, sino muchas veces
molestos por el pago incumplido. “Incluso le llegué a preguntar a un señor que
llevó tarjetas de Soriana por qué le prometieron mil 700 pesos y la tarjeta
sólo tenía cien, de modo que le debían mil 600.
Cuando lo
cuestioné sobre si estaba arrepentido y si había votado por el priista, me dijo
que sólo quería que le pagaran porque sí votó por Peña Nieto, pues él sí era un
hombre de palabra.
“A cada persona le daban entre cuatro y cinco
tarjetas, y son miles.
A diario nos
están llegando miles.
Llevamos
documentadas más de 20 mil tarjetas.
Ya
presentamos tres mil y tantas al IFE, y las aportadas el jueves por López
Obrador son más de 3 mil 700, pero que llegaron en sólo tres días.
Entonces, no sólo son corruptos sino cínicos”.
El equipo de campaña de la izquierda detectó
las mayores compras de votos en Veracruz y en el Estado de México, entidad ésta
donde se realizó la reunión con gobernadores priistas y Peña Nieto para la
cuota de votos por entidad.
“Sólo en el Estado de México hemos calculado
la entrega de un millón 800 mil tarjetas, que el prepago variaba de mil 500
pesos, a 750, a 500 y hasta 100 pesos. Calculamos que sólo ahí se gastaron más
de mil 500 millones de pesos. Eso en Soriana, y nada más en el Estado de
México, porque también operaron en Michoacán, en Nuevo León, en Veracruz, con
la misma tienda.
“Ahora los
delincuentes electorales no se esconden en la noche para entregar dádivas.
Lo hicieron
a plena luz del día en tiendas cuya complicidad es evidente”, agregó. SORIANA Y
EDOMEX El viernes 6 de junio, la periodista Carmen Aristegui dijo en su
noticiario de MVS Radio poseer documentos que vinculan a los gobernadores del
Estado de México, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Guerrero, así como al
municipio mexiquense de Metepec, con la contratación de al menos 5 mil millones
de pesos en paquetes de despensas con la Organización Soriana entre 2009 y
2012, de los cuales casi 4 mil millones fueron gastados por el gobierno
mexiquense que encabezaba Enrique Peña Nieto.
A su vez, la
revista Proceso ha confirmado que, en el caso del Edomex, el acuerdo con
Soriana viene desde la administración de Peña Nieto y formó parte de la
estrategia de recuperación electoral de su gobierno.
Tan sólo entre agosto de 2009 y enero de 2011,
Soriana ganó seis contratos con la administración de Peña Nieto para proveer
despensas, paquetes nutricionales y desayunos escolares por un monto de 2 mil
966 millones de pesos, sin contar el IVA.
De los seis
contratos, cinco fueron otorgados por el DIF estatal y el otro fue por el
Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social.
Esta dependencia de la Secretaría del
Desarrollo Social asignó un contrato por 1 mil 295 millones de pesos en
diciembre de 2009, después de la elección federal de ese año.
El gobierno
de Eruviel Ávila –quien tomó posesión en septiembre de 2011– también firmó dos
contratos millonarios con Soriana, a través del mismo Consejo Estatal de la
Mujer y Bienestar Social.
El 13 de
abril de 2012, en plena campaña electoral federal, se le asignó un primer
contrato por 472 millones 866 mil pesos y luego otro por 123 millones 89 mil
pesos para la entrega de canastas alimentarias.
Las autoridades mexiquenses han negado
“categóricamente” que estas tarjetas Soriana hayan sido utilizadas “a favor de
partido político alguno”, pero los testimonios que se están generando en los
más de 36 establecimientos en los municipios conurbados indican que el PRI
mexiquense tiró la casa por la ventana y engañó a miles de ciudadanos para
obtener sus votos.
Las tarjetas
más comunes se llaman “Mi Ahorro”, que muchos rebautizaron como “Mi Voto.
Los más
abusados acapararon entre 30 y 40 tarjetas con 100, 200, mil 500 y hasta 2 mil
pesos. La coacción del voto a través del reparto de despensas se intensificó en
el Estado de México desde la elección federal de 2009, concurrente con los
comicios para 125 presidentes municipales y 45 diputados locales.
En ese año,
el Presupuesto de Egresos del Estado de México dispuso para la Secretaría de
Desarrollo Social un presupuesto de 2 mil 220 millones 248 mil 522 pesos.
De ese
monto, el exdirigente estatal del PRD, Luis Sánchez, calculó que mil 600
millones de pesos se presupuestaron para el reparto de 3 millones de despensas.
“El gasto es
totalmente desproporcionado, si consideramos que el Programa de Apoyo al Gasto
de Inversión en Municipios tuvo sólo 1 mil 445 millones de pesos y era para que
125 municipios realizaran obra pública”, afirmó Sánchez. Sánchez también
recordó que en 2008 “prácticamente no hubo despensas ni desayunos en los DIF
municipales, preservando que se aplicaran los recursos en el año electoral” de
2009.
Pero ahora,
únicamente el 20 de junio de 2012, en el Centro Cívico de Río de la Luz, del
municipio de Ecatepec, el candidato priista a alcalde Pablo Bedolla tuvo una
reunión con mil ministros de distintas iglesias y cultos religiosos que
atienden a enfermos de esta demarcación.
Les pidió su
voto y su apoyo para los comicios del 1 de julio. Se rifaron dos computadoras y
dos televisores de plasma entre los asistentes, algunos de ellos enfermos. Al
final del evento, Bedolla y sus acompañantes Isidro Moreno y Alfredo Torres
repartieron tarjetas Soriana con mil pesos cada una para los ministros y de 500
pesos para los enfermos.
De acuerdo
con uno de los asistentes, que dio su testimonio a Proceso pidiendo mantener en
reserva su nombre, calcula que cada uno de los mil ministros tiene a su cargo a
cinco enfermos. Es decir, se repartieron unas 6 mil tarjetas en ese evento.
No resulta
fortuito que esto haya ocurrido en este municipio conurbado al Distrito
Federal. En Ecatepec, el municipio más poblado del país y recuperado por el PRI
en 2009, el ex alcalde priista y actual mandatario estatal Eruviel Ávila inició
el proceso de reparto de tarjetas de despensa para inducir el voto.
Este
contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-07-2012/289951.
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