Rosarito Informa.-El Senado modificó ayer la reforma laboral al introducir
cambios en ocho artículos en materia de democracia sindical, que obligan a los
dirigentes a transparentar su gestión, llevar a cabo elecciones mediante voto
libre y secreto y rendir cuentas del patrimonio gremial, por lo que la minuta
fue devuelta a la Cámara de Diputados, donde deberá definirse su destino, ya
que se trata de una iniciativa preferente del presidente Felipe Calderón.
En un debate que se prolongó por más de 12 horas, al que
asistieron la totalidad de los senadores, el PRI se llevó un serio revés ya que
aunque cambió su postura y a última hora votó en favor de los cambios en
materia de transparencia en las organizaciones sindicales, no lo hizo así en lo
que se refiere a rendición de cuentas, tema que fue aprobado con el voto del
PAN y el bloque de izquierda que integraron PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
El artículo 371, que consagra el voto libre y secreto en la
elección de las directivas sindicales, se aprobó con 67 votos a favor y 61 en
contra, toda vez que incluso la senadora Mónica Arriola (Panal), hija de Elba
Esther Gordillo, se sumó al PAN y a las bancadas de izquierda.
Se dio un ríspido debate, ya que el PRI y su aliado, el
Partido Verde, argumentaron que reintegrar a la minuta el artículo 371, en el
que se establece que las directivas sindicales deben ser electas mediante voto
libre, directo y secreto, vulnera la autonomía sindical garantizada en el
artículo 123 constitucional, así como convenios internacionales.
El panista Javier Corral advirtió que en nombre de la
autonomía sindical no se puede atropellar los derechos de los trabajadores de
elegir libremente a sus representantes, ni puede haber zonas de impunidad ni
elecciones por aclamación, que son una “rémora del pasado”.
Agregó que la paz social en el país descansa en sindicatos
libres, no corporativos, y el combate a la corrupción debe darse en todos los
ámbitos, incluido el sindical.
Los priístas Humberto Mayans y Omar Fayad, y Pablo Escudero,
del Verde, insistieron en que se vulneran la Constitución y el artículo 87 de
la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como resoluciones de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. El primero sostuvo que con ese cambio
“se concibe a los obreros como menores de edad o subnormales”.
El debate subió de tono. El perredista Manuel Camacho Solís
resaltó que no pensó que alguien se atrevería a defender en tribuna la
antidemocracia sindical y manifestarse en contra del voto libre y secreto. Su
compañero de bancada Armando Ríos Piter acusó a los priístas de invocar en
forma parcial lo establecido por la OIT y no tomar en cuenta resoluciones de
ese mismo órgano internacional que no ven contradicciones entre la elección de
las dirigencias y la libertad sindical.
Igualmente, el senador del PAN Roberto Gil Zuarth recalcó
que no se vulnera el 123 constitucional y mencionó que hay resoluciones de la
Suprema Corte de Justicia que consagran el derecho de los trabajadores al voto
universal, libre y secreto.
Con un fuerte aplauso, el bloque del PAN y la izquierda
celebraron el triunfo, que se repitió después cuando ganaron también la
votación en el artículo 373, que señala que los dirigentes deben rendir cuentas
sobre las cuotas y los bienes del sindicato y que aquellos organismos de más de
150 trabajadores sean “dictaminados anualmente por un auditor externo”.
Raspón a Romero Deschamps
Ese artículo (el 373), aprobado con 66 votos a favor y 62 en
contra, motivó que incluso salieran a relucir críticas en contra del senador
príísta y dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, ya que la
senadora del blanquiazul Laura Angélica Rojas Hernández dijo que así como los
contribuyentes tienen derecho a saber en qué se gastan sus impuestos, los
sindicalizados deben conocer el destino de sus cuotas.
Se debe tener “información completa y veraz, porque los
recursos gremiales deben servir para mejorar la economía de los trabajadores,
no para perpetuar a los líderes y que sus familias vivan, como lo hemos visto,
con gastos fastuosos”.
Los senadores del PRI se enfurecieron cuando el panista
Jorge Luis Preciado dijo que aspiraba a que no hubiera más legisladores
“sirvientes del Presidente de la República, de los poderes fácticos o de los
sindicatos”. De inmediato tomó la palabra David Penchyna para deplorar que el
panista “no tenga la humildad” de reconocer que Enrique Peña Nieto ganó la
Presidencia y el PAN quedó en tercer lugar.
Se votó también la propuesta de la senadora perredista
Alejandra Barrales Magdaleno, de introducir a la minuta los artículos 388 y
390, para que los contratos se voten antes de revisarse; ello, con el fin de
acabar con el contratismo blanco o de protección.
Por la mañana, la bancada del Revolucionario Institucional
rechazó formular modificaciones a la minuta, pero fue cambiando su postura a
medida que las críticas subieron de tono por oponerse a reintegrar el tema de
democracia sindical. Layda Sansores, del Movimiento Ciudadano, preguntó “dónde
está ese supuesto nuevo PRI que tanto promocionan”, y les dijo que en realidad
les aplica aquel dicho popular que reza: “chango viejo no aprende maroma
nueva”.
La reforma laboral fue aprobada en lo general con 100 votos
a favor y 28 en contra, estos últimos de los legisladores de PRD, PT y
Movimiento Ciudadano, que en bloque expresaron su rechazo a esa modificación a
la Ley Federal del Trabajo, la que, advirtieron, sólo beneficia a los
empresarios y empobrece aún más a los asalariados.
En lo particular, el debate se prolongó varias horas; se
aprobó modificar los ocho artículos que tienen que ver con transparencia y
rendición de cuentas. Sin embargo, otros 41 artículos reservados por el PRD,
referidos a los ordenamientos más cuestionados, como pago por hora, contratos
temporales, facilitación de los despidos, reducir a 12 meses el pago de
salarios caídos y otros que vulneran conquistas obreras, fueron desechados sin
siquiera discutirse por la mayoría PRI-PAN.
Antes, la discusión de la reforma en lo general se llevó más
de tres horas en que se confrontaron las posturas de los senadores de PRI, PAN
y Verde con las del bloque de izquierda. Los primeros sostuvieron que es una
reforma necesaria que permitirá incrementar la productividad, la competitividad
y el “trabajo decente”. La LFT “ya no responde a las dinámicas del siglo XXI,
de la globalización y la era digital”, recalcó el priísta Ernesto Gándara,
presidente de la Comisión del Trabajo, al presentar el dictamen.
Fuente: La Jornada
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