Por Gerardo Díaz Valles
Al candidato Fernando Castro Trenti no le ayudan sus amigos de Rosarito, quienes se lucieron justo en el "Día del Padre". La situación era ya insostenible y los ánimos se desbordaron al grado tal que, el propio Fernando debió hacerla de réferi en el conato de bronca, entre el ex alcalde Hugo Torres Chabert y el actual jefe de la comuna, Javier Robles Aguirre.
Evidenciando así el grado de desesperación que pesa en el equipo rojo. Con todo y su alianza, su Rosario de fabulosas promesas. Y es que ambos jefes de campaña se lucieron al mostrar sus trapitos al sol, incluido su repertorio de cuentas pendientes, reproches y frustraciones personales en torno a lo realizado o dejado de hacer por ambos en sus gobiernos. Contribuido en tener al Ayuntamiento en el atolladero financiero en que actualmente se encuentra y de paso, arrastrar cual pesado fardo, al señor de los tirantes Don Enrique "Corazón de Pollo" Esquivel Haros con su insípida campaña.
Esa tarde de Domingo, a don Hugo no le importó no estar en su feudo hotelero para mostrar su largo y retorcido colmillo político, al arropar al candidato del trabajo, hasta evitar que se sentara en la mesa de los Robles y concentrarlo en la Mesa de Los Torres, donde al fin de cuentas, gústeles o no, se tiene a la candidata a diputada: Laura Luisa Torres Ramírez.
El desaire nada más lo notaron los Mil 500 asistentes. Incluido el líder nacional César Camacho Quiroz, quien se llevó una probadita de la política aldeana y rupestre del Quinto Municipio. " Oye Fernando, pues aquí el Alcalde quien de plano, no está apoyando a mi hija Laura para asegurar el triunfo en su campaña", reviró en seco el Tutan-Kamen de la política local.
Lo que generó que Fernando Castro abriera más sus ojitos y orejas, hasta mover el cuello para ver la contestación del Nieto del "Chaboy", Aguirre. Acorralado, la mirada vidriosa. El "Tito" apretó los dientes para revirar sin mucho pensarla. A bote pronto: "Y porque debo ayudarla, cuando usted nunca me apoyó en mi campaña?", le espetó ya exhausto el aun alcalde Rosaritense. A su costado, varios de su equipo no daban crédito ni ocultaban su molestia. Fue entonces que el candidato a gobernador por la "Alianza Compromisos por Baja California", les agarró a los dos la mano, les pidió sonreír y dejar de lado sus amarguras. Acto seguido les alzó la zarpa en apurada señal de triunfo, unidad y alegría. Al menos para la foto del recuerdo. Bien venidos al Blues de Rosarito!
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