viernes, 5 de julio de 2013

Expediente Político

Por.- Alfredo Calva

Infamia priista



En la política es válido todo, menos perder, dicen, y para ello candidatos y partidos hacen lo que sea para lograr su objetivo, inclusive a través de la infamia y la intriga, lo que importa es sacar ventaja y superar al contrincante.


Y que mejor forma de hacer lo anterior sino, con la invención de una historia de abuso sexual y pederastia, vodeviles que venden mucho y son fáciles de armar, solo se requiere un poco de imaginación, y no tener alumbramiento para poner a consideración de la opinión pública un entramado que erosione la credibilidad del político rival y así lograr vencerlo en la contienda electoral.

Tal es el caso de los integrantes de la alianza ¨Compromiso por Baja California¨ que impulsan la candidatura de Enrique Esquivel Haros a la alcaldía de Playas de Rosarito, quienes en rueda de prensa encabezada por el delegado especial del CEN del PRI en ese municipio Jorge Vargas, informaron a la sociedad de una denuncia penal en contra de su rival de la alianza ¨Unidos por Baja California¨, Silvano Abarca Macklis.

De acuerdo al delegado y sus acompañantes, Silvano Abarca, fue acusado ante la agencia del ministerio público del orden común, por una menor de nombre Jazmín, de 17 años de edad, por maltrato físico, amenazas, abuso sexual y falta de manutención de la hija de ambos, más lo que resulte.

Ante este hecho dijo Jorge Vargas, si Silvano Abarca tuviera vergüenza se retiraría de la campaña, ya que no era posible que alguien con tan negros antecedentes este buscando gobernar Rosarito. En se mismo tenor se expresaron la runfla de acompañantes de Jorge Vargas.

Al termino de su desgarradura de ropas en defensa de Jazmín, Jorge Vargas fue cuestionado por este escribidor respecto a si sus palabras estaban fundamentadas en la denuncia penal, o solo en una historia escrita para ser contada por los comunicadores que acudimos a la conferencia, y después de tratar de evitar la respuesta, finalmente Vargas reconoció que no había tal denuncia, que todo era de ¨oídas¨, que todo era producto de una mente calenturienta priista.

 Aceptaron, que nadie de los presentes conocía a Jazmín, a su hija, o a su madre, y que desconocían el paradero de esta, así como las razones por las cuales no existía denuncia ante el ministerio público, como insinuó que existía tal.

Al descubrirse que todo fue un truco montado y armado por los tricolores, derivado de su desesperación por sentir la derrota electoral que les espera el próximo siete de julio, buscaron a través de la infamia y la intriga intentar empatar los momios para su candidato Enrique Esquivel, sin embargo, el teatro se les cayo y solo evidenciaron su pobreza mental.

Hay que ser cochis, pero no tan trompudos.

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