Por: Jorge Camacho Ibarra
Es una vergüenza tanto para los bajacalifornianos como para
los cientos de turistas que nos visitan diariamente, darse cuenta que nuestro
Estado se ha convertido en todo un paraíso no solo para la delincuencia
organizada, sino para la nueva “gavilla de maleantes conformada por la mayoría
de quienes integran la Policía Estatal, a quienes ya se les califica como el
“Cartel de los Ratas Chachareros” protegidos y solapados por su Jefe inmediato
Daniel de la Rosa Anaya, de quien se presume es un vil informante o “dedo” del
FBI de los Estados Unidos.
Las quejas y denuncias presentadas en su contra por parte de
ciudadanos de quienes han abusado, ya sea ante el Ministerio Publico o la
Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos, “les valen guilson” y se las
“pasan por el arco del triunfo” demostrando que para ellos nos hay quién los
meta en cintura y por eso cada día se han ganado a pulso el odio y coraje de
todos, cosa que poco les importa mientras sigan causando terror e “hinchándose
los bolsillos” y protegidos por sus jefes.
Ver una patrulla con elementos encapuchados de los llamados
“pepos del estado”, es como encontrarse con “el diablo”, pues para ellos no
existen los ciudadanos honestos y trabajadores y a todos a quienes “paran” lo
atemorizan y hacen toda clase de amenazas, obligándole a que se eche la culpa
de delitos que jamás haya cometido, bajo la advertencia que de no hacerlo,
ellos mismos les “siembran evidencias” para consignarlos ante las autoridades
competentes y así poder demostrar trabajo ante los ojos de sus superiores; lo
peor del caso es que no obstante de haberse prohibido que no tienen por qué
revisar el teléfono celular, lo siguen haciendo “valiéndoles madre tales
disposiciones”.
Pero cuando detienen a verdaderos delincuentes, en lugar de
presentarlos ante el Ministerio Publico, optan por arreglarse con ellos a
cambio de jugosas cuotas que se reparten, y que incluso se presume le llevan su
“tajadita” a quien los coordina en el área operativa, quien les permite
realizar toda clase de allanamientos y cateos sin órdenes judiciales, en donde
se aprovechan para “llevarse cuanto se encuentran; de ahí ganado a pulso el
nombre del “Cartel de Ratas Chachareros”.
Son tan cobardes que se escudan bajo una capucha para
amenazar a todo mundo, importándoles “madre” de quién se trate, ellos no
respetan a nadie, “arremangan parejo”, más cuando se trata de gente en carros
lujosos y vidrios polarizados, a quienes de inmediato amenazan con “ponerle la
bolsa en la cabeza” si no confiesan que son narcotraficantes o que “mueven
droga”, y todavía tienen el descaro y cinismo de que una vez que comprueban que
su detenido es gente honrada y trabajadora, lo dejan libre no sin antes
advertirle “que lo estarán vigilando” y para colmo le remarcan que si piensa
ponerles una denuncia, que mejor la piense, porque entonces regresan por él y
entonces sí le siembran la evidencia necesaria para hacerlos parecer
delincuentes.
Atropellos, abusos, vejaciones, torturas, levantones,
extorsiones, chantajes, robos y saqueos de viviendas son el pan de cada día de
esta policía creada dizque para nuestra seguridad, pero más bien es todo lo
contrario, ya que se ha convertido en el terror de todos los ciudadanos y hasta
de los turistas.
De qué sirve este escuadrón de maleantes con charola y pistola,
si el Estado y los bajacalifornianos no nos sentimos seguros a causa de la ola
de violencia, asesinatos y “levantones” que día con día se registran en cada
uno de los cinco municipios de la Entidad.
¿Que no son ellos los responsables de combatir al crimen
organizado? Entonces ¿por qué al detener a vendedores minoristas de droga con
pequeñas dosis hacen tanta alharaca publicitaria en los medios como si hubieran
detenido al Chapo Guzmán? En lugar de andar haciendo retenes por toda la ciudad
para cometer cuanto abuso se les antoje, deberían de combatir a los verdaderos
delincuentes y a los grandes vendedores de droga ¿O es que están “arreglados” o
son empleados de ellos?, Porque todo mundo sabe en dónde hay “tienditas” donde
existe droga a granel, y jamás se ha sabido de “reventones de estas mismas o
detenciones de quienes las regentean”. ¿O será que las cuotas son más
importantes que el meter chamba? O si lo prefieren verlo de otra manera: con
ellos si “se les aparece el diablo”.
Lo cierto es que es una vergüenza descarada que el
Gobernador del Estado, Francisco Vega de Lamadrid, siga sosteniendo en el cargo
a Daniel de la Rosa Anaya como Secretario de Seguridad Publica pese a su
ineptitud y poco carácter para meter en cintura a esta gente, a pesar de los
cientos de denuncias que existen en su contra.
De igual forma podemos decir que de nada sirve que funcione
la Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos, si las recomendaciones que
hace de castigar o sancionar o dar de baja a ciertos elementos que se han
extralimitado en sus funciones, como ha venido sucediendo, para nada le hace
caso y yacen en el cesto de la basura o en los anaqueles de alguna oficina
“durmiendo el sueño de los justos”.
¿Hasta cuándo Sr. Gobernador tenemos que aguantar y soportar
tantos abusos, atropellos y vejaciones de su policía estatal, conocida como
“los pepos”?
Pruebas, evidencias y testimonios al por mayor, nada más es
cuestion de “darles para adelante” y dejarlos de solapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario