Cero Grados.-Para vivir bien, ¿es suficiente un salario de 108 mil pesos
al mes? Sí, puede ser la respuesta más común. Pero en México un sueldo de esa
magnitud desató un intenso debate.
Éste será el ingreso mensual del virtual presidente electo
Andrés Manuel López Obrador cuando asuma el gobierno, el próximo 1 de diciembre.
Y ningún funcionario podrá ganar más de esa cantidad según
el programa de austeridad que AMLO, como se le conoce en el país, quiere
aplicar.
“La tercera es la vencida”: el largo camino que recorrió
AMLO para llegar a la presidencia de México.
Pero no es todo. La estrategia pretende eliminar los
privilegios que gozan jueces, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), legisladores y altos funcionarios del gobierno federal.
Son prerrogativas como seguro médico particular y sin
límites; automóviles nuevos, camionetas blindadas, choferes, guardaespaldas,
viajes en helicópteros o aviones privados, y en muchos casos comidas y vinos
caros.
En un país donde más de la mitad de la población se
considera en situación de pobreza, tales prestaciones suelen ser criticadas.
De hecho según la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE), el salario de los altos funcionarios representa 13
veces las remuneraciones por el Producto Interno Bruto per cápita de los
mexicanos.
El promedio de los países miembros es de casi seis veces, y
en el caso de Estados Unidos es de cuatro veces.
Los datos se encuentran en el estudio Gobierno de un vistazo
2017 de la OCDE. Según el documento la alta burocracia mexicana es la segunda
mejor pagada de América Latina, después de Colombia.
La nueva era
Es el escenario que pretende cambiar el próximo gobierno con
los Lineamientos combatir a la corrupción y de austeridad republicana, como se
llama la estrategia.
Contiene 50 temas y acciones para regular la operación del
gobierno y el desempeño de funcionarios y empleados de confianza.
El objetivo central es terminar con lo que López Obrador
define como “abusos, excesos y dispendio” en el uso del erario.
En algunos casos el programa cambia por completo costumbres
y gastos que se mantuvieron incluso en los dos gobiernos del opositor Partido
Acción Nacional (PAN).
Y en otros modifica comportamientos que durante varias
décadas se consideraron normales entre los políticos y gobernantes.
Dos ejemplos: el lineamiento 28 de la estrategia dice que no
se puede “asistir al trabajo en estado de ebriedad, ni tomar en oficinas
públicas”.
Y el punto 32 advierte: “Ningún funcionario, sin causa de
emergencia, podrá ordenar cerrar calles, detener el tráfico o pasarse los altos
(la señal en rojo de los semáforos) o estacionarse en lugares prohibidos”.
Dos temas que suelen presentarse entre altos funcionarios
públicos. Y la idea es establecer comportamientos éticos de la burocracia, dice
el analista Sabino Bastidas, pero que molestan a muchos mexicanos.
“Dicho por el presidente electo no es un mal mensaje”, dijo
a la televisora Televisa. “La sociedad está muy cansada de este
comportamiento”. Pero la estrategia de austeridad va más allá.
Recorte salarial
El programa establece, por ejemplo, suspender “por completo
fueros y privilegios”, así como la obligación a todos los funcionarios de
presentar y hacer pública su lista de bienes y propiedades.
También cancela la compra de vehículos nuevos o de lujo, una
costumbre al inicio de todos los gobiernos del país.
Suspende además los bonos y prestaciones especiales,
desaparece el gasto para seguros médicos particulares, prohíbe los viajes al
extranjero sin permiso o justificación y reduce al mínimo los recursos para ese
propósito.
Tampoco se podrá usar aviones o helicópteros privados, y se
cancelan además las comidas, cenas o viajes pagados por contratistas.
A partir del 1 de diciembre, cuando empieza el nuevo
gobierno, se reduce a la mitad el sueldo de quienes ganen más de un millón de
pesos al año, es decir US$52.000
Los únicos con derecho a guardaespaldas serían los
encargados del área de seguridad.
Actualmente todos los secretarios, subsecretarios y algunos
directores tienen protección de militares o policías federales.
También se reduce al mínimo el presupuesto para viajes,
gastos de representación y se prohíben las fiestas y comidas lujosas. Ningún
funcionario podrá recibir regalos que cuesten más de 5 mil pesos, US$260.
Algo que también desaparece es el gasto en ropa, ceremonias
y protocolos para el presidente y su familia.
¿Por qué es tan difícil que AMLO cambie “radicalmente” a
México?
Además se pretende vender toda la flotilla de helicópteros y
aviones oficiales, excepto los que se usan en tareas de rescate y seguridad.
Entre las aeronaves en venta se encuentra un moderno Boeing
Dreamliner 787-8 comprado en el actual gobierno.
El aparato se compró en US$218 millones y se usa
esencialmente para transportar al presidente Enrique Peña Nieto. El próximo
mandatario dice que viajará en aerolíneas comerciales.
“No me voy a subir a ese avión, no voy a ofender a los
mexicanos”, dice López Obrador.
Seguros médicos
El programa de austeridad republicana provoca controversia.
Algunos creen que muchos especialistas y académicos que ahora trabajan en el
gobierno renunciarían ante el recorte de sueldos y bonificaciones.
Otros temen que se abra la puerta a la corrupción, sobre
todo en las áreas de seguridad y procuración de justicia.
Pero algunos como Mariana Campos, de la organización civil
México Evalúa, cree que puede ayudar a controlar excesos en los gastos del
gobierno.
“Los márgenes de discrecionalidad que hay para asignar el
gasto en México son muy amplios en comparación con otros países“, dice a BBC
Mundo.
Eso provoca que en muchos casos las compensaciones, bonos y
otros beneficios se otorguen de forma discrecional. Y en ese proceso se cometen
excesos.
Un ejemplo es el servicio médico privado para altos
funcionarios que se paga con recursos públicos, a pesar de que –como todos los
empleados del gobierno- cuentan con atención en el Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
“Un funcionario público puede atenderse en un seguro médico
pagado por los contribuyentes, o puede hacerlo en el ISSSTE que pagamos los
contribuyentes. Pagamos doble, nos parece excesivo”.
Los excesos
No es el único caso. En el debate sobre la propuesta de
austeridad de AMLO aparecen otros ejemplos polémicos.
Uno se refiere a los ministros de la SCJN quienes reciben,
en promedio, un salario mensual de 650.000 pesos, unos US$34.000.
Esa cantidad contrasta con el ingreso promedio de los
mexicanos que según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi)
es de 5.400 pesos, alrededor de US$285.
Los magistrados, como todos los empleados de la SCJN, gozan
de una lista de prestaciones similares a otras áreas del gobierno federal.
Corte Suprema de México.
Los magistrados en México gozan también de prestaciones
similares a otras áreas del gobierno.
De acuerdo con el “Manual de percepciones, prestaciones y
demás beneficios de los servidores públicos del Poder Judicial”, quienes
trabajan en esta dependencia tienen derecho a recibir, por ejemplo, apoyo
económico para comprar anteojos, sufragar gastos funerarios o compensación por
antigüedad.
También existen bonos por el día del padre o de la madre,
para capacitación y ayuda para despensa: una cantidad que se entrega para
compensar el gasto por los festejos navideños y de fin de año.
Los senadores y diputados federales son otro ejemplo. A
todos se les paga el servicio de teléfonos móviles, el consumo de gasolina,
alimentos y en muchos casos boletos de avión para viajar a sus lugares de
origen.
La mayoría puede contratar asesores, viáticos para sus
viajes y a quienes presiden comisiones o grupos de trabajo se les asignan
automóviles nuevos y choferes.
Voluntad de seis años
Los diputados también cuenta con una asignación especial
para que la utilicen en sus programas y estrategias políticas. En la mayoría de
estos casos no necesitan comprobar el destino del dinero.
Estas partidas representan, en el caso de la Cámara de
Diputados, un gasto anual de 6.400 millones de pesos, unos US$339 millones.
Estos beneficios son adicionales a los salarios, que en el
caso de los senadores es de 165.000 pesos mensuales (US$8.700) y los diputados
120.000 pesos, cerca de US$6.300.
La próxima legislatura, con mayoría de diputados del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que postuló a López Obrador,
pretende cancelar el 70% de esos gastos.
AMLO tomará posesión del cargo el 1 de diciembre.
¿Es suficiente el programa de austeridad republicana? No,
dice Mariana Campos.
Además del ahorro en sueldos y gastos excesivos lo que se
necesita es controlar la forma como se asignan los recursos públicos en todo el
gobierno, incluidos estados y municipios.
Y sobre todo que la contratación de empleados públicos no
dependa de criterios políticos o personales, como funciona ahora en muchos
casos.
“Andrés Manuel tiene buena voluntad en cortar esas cosas,
pero él se va (en seis años) y llega un nuevo presidente” con otros criterios.
Fuente: animalpolitico.com
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