Cero Grados.-René Juárez Cisneros se despidió de la
dirigencia nacional del PRI en la que estuvo dos meses como relevo de Enrique
Ochoa Reza.
El exgobernador de Guerrero cedió la estafeta a la
secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional, Claudia Ruiz Massieu, quien
habrá de mantenerse al frente del partido hasta agosto del 2019, mientras se
realizan los trabajos previos de reforma del PRI.
En un evento en el que los priistas mostraron una cara seria
y triste, la nueva dirigente nacional priista anunció que llamará a sesionar
esta misma semana al Comisión Política Permanente y luego al Consejo Político
Nacional para iniciar el proceso de reformar democráticamente al PRI.
Tanto Juárez Cisneros como Ruiz Massieu hicieron un llamado
a la unidad y reconocieron que el partido debe cambiar luego de 72 años de
existencia como Partido Revolucionario Institucional.
Juárez Cisneros asumió la dirigencia el 2 de mayo pasado, en
plena crisis de la campaña presidencial del candidato José Antonio Meade y no
logró la meta planteada de obtener 20 millones de votos o el 40% de la
votación.
Al anunciar hoy su dimisión a la presidencia nacional del
PRI, en compañía de los líderes de los sectores y estructura partidista, dio
las gracias a todos los que tuvieron una responsabilidad en la campaña.
Dijo que asumirá la situación, pero adelantó que la
coordinación la elegirán los propios legisladores.
Sostuvo que la renuncia es una decisión personal y anunció
que Ruiz Massieu será la encargada de dirigir el PRI, junto con Rubén Moreira
que será el secretario general.
En la conferencia ofrecida en las instalaciones del PRI,
dijo que hizo todo a su alcance para ayudar a ganar en el 2017. “Soñé en la
victoria”, dijo, pero reconoció que se ignoraron las transformaciones del país.
“Veo un PRI en el que se ha infiltrado la simulación,
alejado de la militancia y al que unos cuantos quieren involucrar en una guerra
intestina que solo daña” expresó Juárez Cisneros.
Antes de anunciar su renuncia para tomar la diputación,
indicó que luchará por un partido donde las cúpulas no decidan.
Insistió al señalar que vendrá una etapa de reflexión con
una participación mayoritaria y luego la elección de la nueva dirigencia.
En su mensaje Juárez Cisneros reconoció que el pasado 1 de
julio el pueblo votó y decidió no darle el respaldo al PRI.
Manifestó que esta derrota y las anteriores los obliga a preguntarse
cuál será el futuro del PRI, qué hicieron, qué dejaron de hacer, por qué no
escucharon a la militancia que pidió y demandó la democracia, cómo devolverle a
la gente el partido y aprender las lecciones de no cerrarse porque el PRI se ha
transformado desde hace 72 años con “reformas cosméticas”.
Admitió que el PRI no escuchó las voces de cambio desde el
68, 88, 94, 2000, 2006 y el periodo actual. En ese sentido inquirió: “¿Cuál es
la transformación real que requiere el partido?” Y se respondió que debe ser
del tamaño de la derrota.
Señaló que la democracia interna es un camino viable para el
PRI, pero tiene que ser desde las bases, desde la militancia.
“Tenemos que, con humildad, aprender que el país cambió en
2108. No es tiempo de repartir culpas, asumamos la responsabilidad que nos
corresponde. La militancia no es responsable de la derrota” admitió tras
exhortar a los priistas a mantenerse unidos y no caer en descalificaciones ni
oportunismos.
Claudia Ruiz Massieu señaló por su parte que asumirá la
dirigencia de manera responsable y anunció que llamará a iniciar el proceso de
renovación del PRI.
Asimismo, que el PRI debe dar paso a una transición
permanente, porque quedó atrás el partido del poder absoluto.
Fuente: proceso.com.mx
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