Cero Grados.-La sinusitis se define como una inflamación de
los senos paranasales. La mayoría somos capaces de localizar adecuadamente este
problema en torno a la nariz, pero es probable que no todos acierten a la hora
de diferenciar claramente las fosas nasales de los senos paranasales, unas
pequeñas cavidades en los huesos de la cara que rodean la nariz.
Solemos pensar en el cráneo como una coraza ósea muy
compacta, pero los huesos de la cara no son enteramente macizos, tienen
pequeños huecos, celdas o senos. Hay cuatro senos paranasales situados a ambos
lados de la cara, en los huesos que están alrededor de la nariz y los ojos. En
su interior están recubiertos de mucosidad que drena hacia la nariz y, en
condiciones normales, mantienen una adecuada ventilación y circulación del
aire. Además, poseen una curiosa característica. Los senos paranasales adoptan
formas únicas en cada individuo, hasta tal punto que tienen más variabilidad
que las huellas dactilares.
Los senos paranasales se comunican con las fosas nasales a
través de pasos muy estrechos, cuya obstrucción –en uno o más de ellos– provoca
la sinusitis. Para describirlo a sus pacientes, la imagen que utiliza el doctor
Manuel García Simal, especialista en ORL del Hospital Ruber Internacional, de
Madrid, es la de «un pasillo central con habitaciones a los lados, que se
comunican con el pasillo a través de puertas muy pequeñitas. Cuando se produce
una inflamación de la nariz por cualquier motivo, por una alergia, un catarro o
una rinitis no alérgica, entre otras causas, la puerta se obstruye y el seno
paranasal ya no se comunica con la nariz, no entra aire, se produce más moco
que se queda dentro de los senos y se infecta, produciendo una sinusitis».
No todo el aire que respiramos por la nariz pasa por los
senos paranasales, solo una parte, y en la actualidad se sigue estudiando su
fisiología y funciones. Sirven para calentar y humidificar al aire, influyen en
el sentido del olfato, actúan como cámaras de resonancia de la voz (son un poco
más grandes en los hombres que en las mujeres) y también restan peso a los
huesos de la cara, de forma que nos cueste menos mantener erguida la cabeza.
En definitiva, los senos paranasales forman parte del
complejo mecanismo de la vía aérea superior que asegura la función vital de
respirar, al tiempo que actúa como barrera defensiva. Son cámaras de baja
presión que contribuyen, junto a las fosas nasales, a regular la temperatura e
hidratar, filtrar y acondicionar el aire que respiramos antes de que llegue a
los pulmones.
Ni las fosas nasales ni los senos paranasales se sitúan en
un entorno estéril, más bien al contrario, están expuestos a la suciedad del
ambiente, donde proliferan una amplia variedad de gérmenes capaces de infectar
e inflamar la mucosa.
La duración clínica de la sinusitis aguda es generalmente
corta, entre una semana o diez días y menos de cuatro semanas. Más allá de la
congestión respiratoria, la sinusitis aguda presenta unos síntomas característicos
de «fiebre y dolor o pesadez en la cara, alrededor de los ojos o debajo de los
ojos, en la frente, según qué seno esté afectado», explica el doctor García
Simal. «También puede notarse dolor en la región occipital, en la nuca, porque
el seno esfenoidal tiene una localización muy posterior y puede irradiar dolor
hacia la nuca. Pero lo normal es que duela la cara, típicamente al agacharse o
al toser. Se siente una presión en la cara, pesadez, con producción de moco
verde o amarillo, y habitualmente con fiebre. Este cuadro nos conduce al
diagnóstico clínico de la sinusitis».
Sinusitis y rinitis coexisten de forma habitual, lo que ha
dado lugar al empleo del término rinosinusitis. En la práctica totalidad de los
casos, salvo excepciones como alteraciones anatómicas o estados de
inmunodepresión, entre otros, la sinusitis es consecuencia de una congestión
nasal de origen catarral, o alérgica o por otras causas. Cuando ese catarro o
congestión nasal no solo no mejora en unos días sino que empeora, cuando el
malestar aumenta y se nota mayor presión alrededor de la nariz, con moco
purulento que denota una infección, es el momento de acudir al médico si no lo
había hecho antes. La fiebre no es condición indispensable en la sinusitis,
pero suele estar presente.
En el tratamiento de la sinusitis aguda el médico puede
indicar la utilización de antibióticos para prevenir complicaciones derivadas
de la sobreinfección bacteriana, que es la responsable de la sintomatología
propia de la sinusitis. Otro objetivo es reducir la inflamación para que el
seno paranasal comience a drenar bien y deje salir el moco allí retenido, para
lo que se pueden indicar corticoides tópicos y anticatarrales, cuya composición
puede variar entre la variedad de productos disponibles en la farmacia para
despejar la congestión.
En opinión del doctor García Simal, «los lavados nasales y
el uso de aerosoles son fundamentales para la limpieza de la vía aérea, y
también podemos recurrir a los vahos y humidificadores para evitar la sequedad
y mejorar la humedad ambiental. Todo esto nos vendrá muy bien para drenar y
limpiar los senos paranasales».
La incidencia de la sinusitis es muy alta y se considera que
todos hemos padecido alguna vez en la vida un episodio de este tipo. «Todos
hemos tenido alguna vez, con un catarro, un moco verde o amarillo en la nariz,
y por eso podríamos decir que tuvimos una sinusitis», como explica el doctor
Manuel García Simal. «Se resuelve cuando el moco es expulsado, pero el problema
de la sinusitis es que se crea un círculo vicioso porque el moco purulento, el
moco infeccioso que está dentro del seno, irrita el canal de drenaje y ya no
tiene una puerta de salida. Al inflamarse, se acumula más, así que debemos
romper este círculo vicioso con el tratamiento que indique un especialista y
con medidas de autocuidado como los lavados y aerosoles».
Son particularmente recomendables los lavados nasales
realizados con agua de mar, ya que aporta una concentración en sales minerales,
vitaminas y oligoelementos que no solo enriquecen la mucosa y bajan la
inflamación, sino que además aseguran una correcta limpieza de la mucosidad.
Los lavados nasales con agua de mar que se aplican mediante un aerosol o
sistema de «pulverización» son capaces de penetrar en el interior de la mucosa
sin provocar irritaciones, como puede pasar con el lavado por chorro.
El lavado nasal es fundamental para la limpieza de la nariz,
concluye el doctor García Simal. «Tenemos que tratar de drenar el moco que se
ha quedado retenido en el seno paranasal, y podemos ayudar a limpiarlo con el
lavado nasal. El objetivo es romper el bloqueo de los senos paranasales. En
cuanto entra aire a los senos paranales, ya se limpian y se curan».
La sinusitis crónica, en pacientes que por diferentes causas
padecen este trastorno de larga duración, y la sinusitis aguda recidivante, que
aparece con mucha frecuencia en los catarros o episodios alérgicos, son
entidades diferentes que requieren atención específica.
Mantener despejada la vía
Sin caer en la poco aconsejable costumbre de la
sobremedicación ante la más mínima señal de alarma, no solo se puede sino que
se debe recurrir a medidas que nos ayuden a prevenir que una congestión nasal
acabe en sinusitis. Como profilaxis básica podemos realizar un lavado frecuente
de las manos y tratar de no permanecer en ambientes contaminados,
protegiéndonos de estornudos, del humo del tabaco y otros irritantes, así como
evitar la sequedad ambiental y los cambios bruscos de temperatura.
Nos beneficiará el uso racional de analgésicos y
descongestionantes, pero mejor si solicitamos un consejo especializado, ya que
los productos de autocuidado disponibles en la farmacia contienen diferentes
combinaciones y podrían incluir pseudoefedrina, por ejemplo, que se debe
aplicar con prudencia si el paciente es asmático o hipertenso. También es útil
la aplicación de calor en la zona inflamada. Pero lo que sin duda resulta de
inestimable ayuda la limpieza mediante lavados nasales con soluciones salinas y
la aplicación de aerosoles con agua de mar, que consiguen una mejor
penetración. Los padres pueden estar tranquilos ante la aparición de sinusitis
en sus hijos porque no es propia de la infancia, ya que a esas edades aún no se
han formado los senos paranasales, pero los pediatras aconsejan siempre una
correcta higiene respiratoria.
Fuente: http://orlsaludybienestar.com
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