Dicha Iniciativa tiene como objeto, que la Secretaría de Economía implemente los programas necesarios para promover el empleo y la capacitación para emprendimientos productivos en mujeres víctimas de violencia para favorecer la construcción de un nuevo proyecto para sus vidas y su desarrollo económico.
Se consideró en su Exposición de Motivos que, es necesario fomentar desde las políticas públicas, una nueva visión que permita tener un desarrollo económico equitativo y justo, libre de visiones patriarcales que lastimen a la mujer.
También se menciona que, en Baja California en la mayoría de las familias existe una o más mujeres que integran el mercado laboral, dejando atrás la época donde se dedicaban a la crianza, educación y atención de sus integrantes, así como al mantenimiento del hogar.
Por desgracia, este nuevo rol de las mujeres no ha significado la eliminación de actitudes y estereotipos asociados con la división sexual del trabajo.
Así, en la cultura de las organizaciones, continúa presente la falta de flexibilidad hacia las mujeres, en temas tan sencillos como los horarios de trabajo y la falta de espacios para que las madres puedan acudir con sus hijas e hijos, en caso de no tener alguien que les cuide en su ausencia.
Lo anterior, limita las oportunidades de desarrollo para las mujeres, exhibiendo la falta de políticas públicas que fomenten una nueva visión hacia ellas en el desarrollo económico.
La manifestación más frecuente de esto, se da con la llamada “penalización por maternidad”, un fenómeno mundial en donde las madres trabajadoras enfrentan restricciones salariales, de horarios laborales y para ocupar puestos de liderazgo, situación que perjudica potencialmente al 73 por ciento de las mexicanas ocupadas, quienes tienen al menos un hijo, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Por tales motivos, se indica en la Iniciativa presentada por la Diputada Gloria Arcelia Miramontes Plantillas que, faltan programas que respalden a las mujeres que han sufrido violencia para lograr su regeneración e independencia económica, para romper el ciclo de la violencia familiar o de pareja; y para desarrollar la independencia respecto a la asistencia pública y no su eterna dependencia de esta, lo cual es otra forma de violencia, pues simplemente se intercambia una dependencia, por otra.
Este asunto, no es una bagatela cuando, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en 2021, Baja California fue primer lugar nacional en llamadas de mujeres al 911 por violencia de pareja, con 44 mil 996.
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