Cero Grados.- Las redes sociales son una gran herramienta de información y entretenimiento, pero también pueden ser utilizadas de manera inadecuada, señaló el licenciado Miguel Ángel Torres Ponce, director de Comunicación Social y Relaciones Públicas en el XXIV Ayuntamiento de Tijuana.
Al asistir Torres Ponce como invitado al espacio de Vida Universitaria con estudiantes de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad de la Universidad de Tijuana CUT, impartió la plática «Historia de los medios de comunicación en Baja California. La evolución del periodismo y sus protagonistas». En este espacio, el servidor público exhortó a los jóvenes a utilizar Facebook o cualquier otra red social de manera responsable y objetiva.
Mencionó que son muchas las ventajas que ofrece la comunicación digital como contactar personas, compartir música, fotos y videos, incluso, jugar en línea. Sin embargo, los usuarios olvidan las consecuencias de proporcionar información que queda al alcance de la delincuencia informática.
“El ochenta por ciento de los delitos que se comenten en la actualidad son a través de las redes sociales”, sostuvo Miguel Ángel Torres al precisar que en la actualidad ya no se extorsiona yendo a falsificar la firma de una chequera en un banco, ahora se hace a través del internet, por transferencia o mediante el hackeo de cuentas.
En cuanto a la desinformación que se puede llegar a generar, el funcionario público hizo referencia al caso Debanhi Escobar, la joven que apareció muerta en una cisterna de un motel, a las afueras de Monterrey. Aunque este tipo de delitos suceden desafortunadamente con frecuencia en el país, este caso alcanzó gran relevancia por los influencers que se dieron a la tarea de “investigar” e “informar” en sus redes sociales.
“El caso particular de Monterrey se debe tomar en cuenta para saber hasta dónde debe llegar un límite de riesgo”, expuso Miguel Ángel Torres al apuntar que no debió ser fácil para los padres de Debanhi enterarse de lo que le hacía su hija a través de las redes sociales.
Señaló que más bien se trató de una invasión a la privacidad de la jovencita, sin abundar en el aspecto legal de Twitter o Facebook y otras aplicaciones, ya que estas plataformas son las que propician la desinformación con tal de hacer negocio. “Si no le pagan a esa gente (a los influencer), a ellos no los mueve el sentido de comunicar a la sociedad, sino los mueves el negocio y el morbo”.
“Para mí la responsabilidad y la objetividad, en todo lo que hagan debe ser su prioridad muchachos”, porque de lo contrario nadie tiene credibilidad, sostuvo Torres Ponce.
El uso intensivo y convulsivo de las redes sociales ha provocado una comunicación casi instantánea y una sociedad más observadora y vigilante de la vida cotidiana, lo que ha traído consigo una intromisión en la privacidad y un juicio moral que, en algunos casos, llega al acoso público. De esta manera, la era digital ha provocado una confusión entre lo real y lo virtual, que ha generado una sociedad saturada de información que difícilmente distingue entre lo verdadero y lo falso, lo que complica la comunicación y no contribuye al bien público.
El director de Comunicación Social en el XXIV Ayuntamiento de Tijuana obsequió a los estudiantes del CUT, Campus Altamira, su libro «Historia de los medios de comunicación en Baja California. La evolución del periodismo y sus protagonistas», un trabajo de recopilación que se dio a la tarea de realizar cuando ejerció como docente para varias instituciones educativas. “No había un libro como referencia para que los alumnos se apoyaran de todo lo que les compartía en el aula. No había nada de la historia de los orígenes de los medios en Tijuana y en Baja California”.
Al concluir la participación de Miguel Ángel Torres Ponce, en el espacio de Vida Universitaria, el maestro Osvaldo Muños Pérez, coordinador Académico de la Licenciatura en Comunicación y Publicidad, le hizo entrega de un reconocimiento por compartir su experiencia profesional y contribuir, de esta manera, en la formación integral de la con la comunidad estudiantil de la Universidad de Tijuana.
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