El objetivo de la metodología de inclusión, es que cada alumno pueda introducirse en el sistema educativo formal, y reciba los conocimientos necesarios para que en el futuro pueda participar de manera significativa en la sociedad.
La inclusión en las escuelas, también beneficia a los niños sin discapacidad intelectual, ya que, desde una temprana edad, podrán aprender el valor de la inclusión y el respeto, interactuando con sus compañeros con discapacidad intelectual como iguales y como miembros del mismo grupo.
Esto los prepara para una vida más rica y diversa, fomentando el respeto y solidaridad con otros miembros de la comunidad, universidad o lugar de trabajo. Esto puede lograrse cuando se ponen en marcha iniciativas enfocadas en la equidad y el respeto a los derechos individuales.
Adrián González puntualizó que, para los niños con una discapacidad intelectual, es decisivo para su independencia y autodeterminación, el derecho a la educación bajo un sistema regulado, en igualdad de condiciones, así como el apoyo adecuado para que puedan ir adquiriendo conocimientos a su ritmo, de acuerdo con sus capacidades.
La promoción y aplicación de la inclusión en todos los ámbitos sociales comienza por su puesta en marcha desde las escuelas, y esta labor aún continúa pendiente en muchas naciones, donde niños y adolescentes con discapacidad intelectual, estudian de manera separada de aquellos que no tienen discapacidad.
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