miércoles, 9 de enero de 2013

Hay que repensar la reforma al artículo primero, acepta Arroyo


Rosarito Informa.-Francisco Arroyo, Presidente de la Cámara de Diputados, respondió a las críticas lanzadas por los representantes de más de 200 organizaciones y personalidades de la sociedad civil, quienes calificaron de “contrarreforma” a los derechos humanos la iniciativa que presentó el legislador, en la cual busca modificar el artículo primero de la Constitución Política en México.

En su iniciativa, el diputado Arroyo propone que al presentarse contradicciones entre la Constitución Política Mexicana y los Tratados Internacionales firmados por México, deberá prevalecer el texto constitucional mexicano, lo que a decir de sus detractores implicaría cambios “potencialmente arbitrarios, así como normas ordinarias o actos de autoridad que puedan limitar injustificadamente derechos”.
Entrevistado por Animal Político, Arroyo aseguró que la iniciativa publicada el 3 de enero en la Gaceta Parlamentaria, no es un “capricho” personal, si no algo que trabajó a sugerencia de una serie de juzgadores y personas que administran la justicia en el país, quienes desde un principio le advirtieron que proponer una nueva redacción al artículo primero daría lugar a una serie de interpretaciones, así como a varias suspensiones provisionales o definitivas en juicios de amparo, que metería a la justicia en un problema mayor en poco tiempo.
Como ejemplo puso el caso de los ministros de culto que de acuerdo con la Constitución Mexicana no podrían competir por un cargo de elección popular, pero que según los tratados internacionales si lo podrían hacer.
“Son conceptos que están plasmados en tratados internacionales firmados por México y a la hora de privilegiar el tratado sobre la Constitución, tendríamos que hacerle caso al tratado y no a la Constitución”, explicó el legislador, quien aún con sus argumentos asegura que escuchara las voces de las personas que critican la propuesta, por lo que de ser necesario –dijo- la repensaría.
“Se me ha venido una avalancha de entusiastas promotores y defensores de los derechos humanos que me dicen que a lo mejor algo hice mal y tengo la obligación de escucharlos. Tengo la obligación de tomar en cuenta lo que me están diciendo. Si ellos piensan que hay riesgo, hay que repensarla dos veces”.
Arroyo es de los que piensa que aún cuando su propuesta sea desechada, es  necesario tener alguna previsión para que en el futuro a los juzgadores les quede muy claro cuáles son los aspectos que se deben privilegiar cuando existan contradicciones entre los lineamientos de la ley mexicana y los tratados internacionales.
Para ello invitó a los proponentes y firmantes de las cartas que calificó de “bien redactadas”, de reunirse con él y aportar ideas que les permitan replantear su iniciativa o en su defecto dejarla como está actualmente, para que sean sus compañeros legisladores quienes la discutan en el pleno.
“No voy a volver a mover un dedo para apoyar esta reforma dado que soy Presidente de la Cámara y debatiré los pro y contra una vez que deje de serlo…Pero pienso reunirme con ellos (los inconformes) para explicarles que no fue una ocurrencia perversa, que no soy un representante horrible de un viejo régimen autoritario que nadie desea. Que no se trata de un recaudo del régimen actual”.

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