Rosarito Informa.-Una puntada de Joana Gisel Flores Martínez, de 23 años, para obtener dinero rápido y fácil le costó la vida.
En septiembre pasado, la estudiante de la facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (FIME) de la Universidad Autónoma de Nuevo León tramó, en complicidad con su novio y unos amigos de éste, su secuestro para sacarle dinero a su expareja con la que procreó un hijo.
Sin embargo, la historia acabó mal. Sus cómplices terminaron asesinándola por temor de que los delatara.
Según la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), la joven fue estrangulada y apuñalada y luego la descuartizaron y sus restos fueron incinerados y arrojados en un predio de la colonia La Fe, en San Nicolás.
Los presuntos responsables se encuentran arraigados. Se trata de Rubén Andrés Rodríguez Pruneda, de 18 años, compañero de estudios y novio de la víctima; Alberto Vázquez Saldívar, de 23, estudiante de Arquitectura: Francisco Javier Garza García, de 20, alumno de la Universidad Valle de México, y Reyna Luz del Ángel González, de 18 años.
Un quinto participante, cuya identidad no se reveló, se encuentra prófugo.
Un quinto participante, cuya identidad no se reveló, se encuentra prófugo.
El vocero de Seguridad de la entidad, Jorge Domene, explicó que Joana Gisel tenía un hijo de tres años que había procreado en una anterior relación.
Rubén Andrés y la mujer planearon el autosecuestro de ella, para pedirle dinero de rescate al papá del niño, y para ello Francisco Javier consiguió una casa en el municipio de Guadalupe donde la presunta víctima permanecería oculta junto con el menor.
Ante el temor de que Joana se arrepintiera, Rubén Andrés y el prófugo decidieron privarla de la vida y para ello la engañaron, diciéndole que la llevarían a un terreno baldío para grabar un video que entregarían a su expareja.
En el sitio, al sur de Guadalupe, maniataron a la mujer. Rodríguez Pruneda la estranguló y el cómplice prófugo la apuñaló.
El cadáver fue envuelto en una lona y transportado a la casa de seguridad, donde desintegraron el cuerpo y lo tiraron.
Reyna Luz, quien cuidaba al niño, se comunicó con la expareja de la fallecida para pedir el dinero del rescate.
Cuando fueron a recoger el dinero, los homicidas vieron una patrulla cerca del lugar, huyeron y abandonaron al niño.
Elementos ministeriales efectuaron la investigación correspondiente y la banda fue apresada.
Fuente: Proceso
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