El hermano incomodo.
Por: Fernando Ruiz del Castillo
Mientras Mexicali y los mexicalenses observan con horror el incremento de la inseguridad, las autoridades municipales que encabeza Jaime Díaz Ochoa sigue buscando pretextos para evadir su responsabilidad y ocultar lo que es ya un secreto a voces: La incapacidad y corrupción en su gobierno.
Mediante pistas de hielo gratuitas, fiestas de aniversario, dobles Fiestas del Sol, cortes de listón, y evadiendo conflictos internos que traen el Gobierno Municipal parados de pestañas, el Alcalde sigue “pateando el bote” sin atender los problemas de fondo de la ciudad.
Durante sus catorce meses Jaime no ha podido meter orden a su gobierno y por el contrario, los señalamientos de corrupción y de protección hacia uno de sus hermanos se escuchan entre hombres y mujeres de negocios registrados como proveedores del XXI Ayuntamiento local.
Lo mismo entre los constructores que entre propietarios de gasolineras y hasta modestos negocios de papelería, el sentimiento de resignación e impotencia es el mismo.
Pero también la acusación: “Si quieres hacer negocio con el Ayuntamiento, primero tiene que verlo con el hermano incómodo de Jaime. Todo pasa por ahí”, señalan.
Y para muestra basta un botón.
En la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Mexicali el departamento de Recursos Materiales se encuentra trabajando solamente con dos talleres externos para el mantenimiento de las unidades de la dependencia patrullas y vehículos administrativos.
Los talleres proveedores son Baja Master y Dillasa, el primero manejado por prestanombre quien está detrás y realiza el manejo es Javier Díaz Ochoa, hermano del alcalde. El segundo, por compromisos de campaña, se habilitó de ser un taller especializado solamente en suspensiones, hoy recibe todo tipo de fallas mecánicas, desde un corto eléctrico hasta una reparación mayor de motor, y el cual está arreglado y amañado con Hugo Hernández, jefe de recursos materiales del Ayuntamiento.
Dentro de la dependencia, el jefe de recursos materiales, Jesús Martínez, amigo del alcalde y que radica originalmente en Aguascalientes, recibe instrucciones directamente de Javier Díaz, que es quien lo puso en ese puesto y de igual forma en el taller de seguridad pública está como encargado Gabriel Mascareño, sin experiencia alguna en el medio automotriz y hasta antes de iniciada la actual administración dedicado a la agricultura en negocio familiar.
El –Mascareño- depende directamente de Jesús Martínez quien es su jefe y su primo.
Aquí vemos como parte de la inestabilidad que tiene seguridad pública es por el hecho de acomodar las piezas para el principal interés que tiene Jaime Díaz y su familia, de beneficiarse económicamente tanto en puestos de funcionarios como en proveedores.
Por otro lado, la señora Rosalina Curiel, Subdirector Administrativo, en la silla simplemente de monigote y a quien le cayó de rebote el puesto, ya que estuvo a punto de quedar fuera debido a su ineptitud y poca capacidad, a los pocos meses de iniciada la administración como Jefa de Recursos Materiales.
Por tal motivo fue removida a Recursos Humanos en donde no tuviera presión y pudiera lidiar con sus diversos malestares de salud que padece, ya que el estrés real que tiene es por el marido con el que carga y quien se la vive husmeando en diferentes áreas y cuenta con vehículo utilitario de la dependencia sin estar como empleado del ayuntamiento.
Pero claro, a quien le caen mal $45,000 mensuales solo por estar sentado como títere, sin la menor facultad y agachando la cabeza a lo que ordene su majestad, ¿o en donde quedo el anterior subdirector Ruiz Terán?
La consecuencia operativa y el mal resultado que se tiene actualmente en la seguridad en gran medida son por la falta de patrullas en las calles, al no contar con un mayor número de talleres especializados.
Claro esto por no ser conveniente a sus intereses y solo direccionar a dos talleres el 100% de las unidades por fallas mecánicas, se traduce en una bola de nieve la cual ya no han podido controlar, pues los dos talleres ya se encuentran sobre saturados a su capacidad regular de trabajo por diferentes motivos, capacidad monetaria, no tienen la capacitación y conocimiento en el tipo de fallas que reciben, saturación en el personal de los talleres para ser eficientes, espacio del taller, sin contar la cuestión administrativa y los montos de facturación que se manejan en estos talleres al ayuntamiento y que están inflando en por lo menos 50% del costo real de las reparaciones, esto para repartir en diferentes niveles la ganancia.
Las unidades por falla mecánica están distribuidas de la siguiente forma en los talleres, y algunas con más de seis meses sin ser reparadas:
Baja Master: 50 unidades (están repartidas en dos ubicaciones Héctor Terán y Granada, Héctor Terán entre Río Nuevo y Calle 11)
Dillasa: 25 unidades (Lázaro Cárdenas y Nochistlan, Col. Zacatecas)
Taller de patrullas: 35 unidades en espera de ser reparadas
Depósito del Ayuntamiento: 40 unidades a resguardo y en espera de ser reparadas
Total unidades descompuestas: 150
Esto es el resultado de un mal manejo administrativo, aumento excesivo de costos y falta de conocimiento técnico.
Solamente el interés del beneficio económico del Alcalde y sus familiares.
Hasta ahí el botón de muestra, pero seguramente hay más pues, nos dicen, no es una camisa cualquiera. Hasta parece guayabera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario