viernes, 11 de marzo de 2016

Expediente Político

Por.- Alfredo Calva
Ni a cual irle!!....... 

Hasta el momento existen cuando menos en la etapa de precandidaturas a la alcaldía de Playas de Rosarito dos nominaciones oficiales, la realizada por el PAN en la humanidad de la ex directora de la recién destapada cloaca denominada Seguro Popular, Mira Rincón Vargas, y la hecha por el PRI en la figura de la diputada local con licencia, Laura Torres Ramírez.


Estas asignaciones no han generado el impacto que buscaban los partidos postulantes entre el electorado rosaritense, por el contrario, incrementaron el desánimo y desgano que ya portan los ciudadanos ante el proceso electoral vigente, no encuentran en las mujeres nominadas a alguien que tenga la capacidad, experiencia, madurez y probidad política que requiere el perfil del alcalde que con extremada urgencia necesita el municipio para salir avante. 
 Ambas señoras, consideran los consultados, traen en su haber serios negativos con fétido olor a corrupción por omisión y colusión, que en su oportunidad saldrán a la opinión pública, y gravitan en su entorno, personajes que no guardan buena fama e imagen pública. 
En fin, esto apenas inicia, faltan el resto de los partidos y, los que el INE califique como candidatos independientes a la al alcaldía rosaritense.
Por lo pronto, ni Chana ni Juana.
Los bultos……. 

En la política todo es válido para lograr los fines que se ambicionan, sin embargo, el hacer de lado la dignidad y prestarse a realizar el papel de, como dicen en el argot pugilístico, de bulto, para fingir en una competencia interna que “lucharan” por una “candidatura”, en la que sólo servirán para que su contrincante, que por regla general es mediocre y escaso de imagen y empatía con sus copartidarios, se luzcan e intenten los designados hacer creer que son la mejor opción, y el partido edificar una imagen de democracia interna, resulta grotesco. 

Tal es la situación que viven al interior del PRI sus nominados candidatos de “solidaridad” a las cinco alcaldías de la entidad, y requieren de esta parafernalia para que los impuestos abanderados puedan mostrase ante sus compañeros de partido, a excepción de Antonio Magaña en Mexicali, éste personaje se lo sacaron de la manga porque tal parece que en la capital del estado no hay pistas con capacidad para representar la causa tricolor en la contienda electoral, y puedan convencer, en especial a quienes también aspiraban a la misma posición, pero que fueron desechados por así convenir a los intereses de la cúpula directiva, de que se sumen a su proyecto y que ya con el triunfo en el bolsillo, se los compensarán con una rebanada del pastel presupuestal. 

Para tal efecto, la dirigencía priísta adquirió la dignidad de Manuel Trasviña en Tijuana, de Frikzia Ibeth Flores en Tecate, de Eva Griselda Aguilar en Playas de Rosarito, y de Leonel Castro Acosta en Ensenada, para que permitan que los “candidatos de solidaridad” se luzcan y se muestren como entes capaces de pensar e hilvanar dos frases seguidas, pero sobre todo, que saben y tienen claro a lo que se enfrentarán. 

Y, finalmente que un día antes de realizarse el evento de la elección, los “Kids bofes” tricolores doblen la cerviz y decline en favor de su contrincante a quien considerarán la mejor oferta de su partido para la ciudadanía.
Lo dicho, la hipocresía es el arte de amordazar la dignidad.

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