Por.-
Alfredo Calva
Hugo
Torres, decrepitud política
Tras
ocho años del ostracismo político que se autoimpusiera al término de su
corrupta gestión como alcalde del IV Ayuntamiento de Playas de Rosarito, Hugo
Torres Chabert, emerge envuelto en su decrepitud política, para introducirse a
la atarjea denominada Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que lidera
en el estado, Jaime Bonilla Valdez.
La
incorporación al organismo político que fundara Andrés Manuel López Obrador
(AMLO), sorprendió a la clase política del quinto municipio y en el sector
empresarial no solo del quinto municipio, sino del resto de la entidad, ya que
el criterio generalizado después de su actuación como alcalde, es que por
vergüenza ya no incursionaría en el ámbito político.
Todos
lo recuerdan como militante activo del PRI durante años, pero como buen desleal,
-ya que siempre se ha dicho que su corazón es del PAN- al triunfo de Vicente
Fox, en noviembre del 2000 renuncia al tricolor y debido a los serios problemas
de inseguridad que el joven municipio vivió en los años 2004-2007 y que en ese
entonces su imagen y fama pública eran buenas, el PRI lo postula como su
candidato a la alcaldía para el periodo 2007-2010, triunfo que finalmente logra.
Nadie
olvida las trapacerías realizadas durante su gestión, como el proceso de
licitación para ejercer 220 millones de pesos, de un crédito obtenido del Banco de Desarrollo de
América del Norte (BADAN), para la pavimentación de calles y que por su
decisión le fue entregado el fallo a la empresa Construplan, que desarrolló un
trabajo de mala calidad y con cobros por trabajos no ejecutados.
O,
las triquiñuelas llevadas a efecto con los recursos que en especie (toneladas
de concreto) aportaba al municipio la organización denominada Mariana
Trinitaria, y que generaron que a la administración del V Ayuntamiento le fuera
denegada la ayuda que enormemente contribuía a los gobiernos locales a realizar
obras de infraestructura.
Y
a este descrédito, se suma el fracaso que sufrieron en el clan fundado por
Torres Chabert, por la derrota de su hija, Laura Torres Ramírez, quien aspiraba
a ocupar la silla de la presidencia municipal de Rosarito, ante la panista
Mirna Rincón Vargas, lo que terminó de diluir la escasa influencia,
credibilidad y poder político que detentaban en la comunidad rosaritense, luego
de su mal gobierno.
Obviamente,
el no conseguir el objetivo de llegar a la alcaldía rosaritense por parte de su
descendiente, les cercenó la posibilidad de tener de nueva cuenta el poder
político absoluto en la demarcación, y con ello, acceder y gozar de las
prebendas que ya disfrutaron en el trienio 2007-2010 y que tantas
satisfacciones les dio y de las cuales ansían con desesperación desde el 2016
retomar.
Con
la acción tomada por el adalid del clan
Torres Ramírez de ingresar a la secta que el famoso Peje denomino Morena, y que
actualmente sirve de refugio a todos los detritus del resto de los partidos
políticos, puede renovar su imagen y fama pública decrepita, sin embargo, solo
se puede vislumbrar la pretensión del antiguo cacique de conseguir para el 2019
la candidatura a la presidencia municipal, para en un segundo intento el clan
pueda acceder a la alcaldía rosaritense.
Aportando
descrédito político.
Y
mientras tanto….
El
amparado Manlio Fabio Beltrones, creé que con un discurso demagógico de nueva
cuenta su programa electoral denominado Zafiro, no volverá a ser un fracaso en
la circunscripción que le encomendaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario