Por.-
Alfredo Calva
Rumbo
a prisión….
Embriagado
por los triunfos electorales federales y locales en 2015 y 2016,
respectivamente, Francisco Vega de Lamadrid gobernador de Baja California, consolidó
y ratificó su decisión de continuar por la ruta que se trazó desde el inicio de
su gobierno, el de la opacidad, la no rendición de cuentas y la corrupción, que
han hecho de su gobierno, la peor administración gubernamental desde que su
partido, el PAN, obtuvo la gubernatura en 1989.
Su
resaca inicio en los primeros días de enero de 2017, cuando miles de ciudadanos
salieron a las calles a impedir a través de sus protestas privatizara los
organismos operadores del agua potable y para exigirle a los diputados
integrantes del congreso del estado, abrogaran la nociva Ley del Agua que habían
aprobado y el decreto de las famosas Asociaciones Publicas y Privadas (Apps),
que le están permitiendo a Vega de Lamadrid, llevar a cabo el negocio más
grande que haya imaginado, la construcción de dos plantas desaladoras en Playas
de Rosarito y San Quintín, en el municipio de Ensenada, entre otras obras de
menor calado y cuantía.
La
presión ciudadana ejercida a través de las movilizaciones y protestas registradas
en todo el estado, principalmente y con mayor intensidad en la capital en el recinto
del poder legislativo, logró que los legisladores abrogaran la Ley del Agua, sin
embargo, pese a los reclamos y críticas que siguen latentes, lo referente a las
Apps se ha topado con los oídos sordos de la mayoría de los legisladores,
quienes protegen la ingente y perniciosa ambición del gobernador Kiko Vega.
Las
exigencias y reclamos de los gobernados, que también le han hecho sobre el
cúmulo de bienes inmuebles que han salido a la luz pública, no le han importado
a Vega de Lamadrid, quien mecido aún por los vientos de las victorias
electorales, desdeña las acusaciones de los bajacalifornianos a su
comportamiento banal, corrupto y gobierno
ineficaz e ineficiente.
Pero
como todo tiene un inicio y un fin, la cínica e indolente postura de Kiko Vega
fue arrollada el pasado primero de julio cuando un tanque electoral le pasó por
encima y le destrozó sus fraguados planes para la protección y blindaje
político post gubernamental.
A
partir de esa fatal fecha para Kiko Vega, se disiparon sus vapores
triunfalistas e indolentes y por fin se percató
de que el camino seguido por su administración solo desembocará en una acción
al termino de su gestión el año entrante, huir para evadir las denuncias
penales que le lloverán como maná del cielo y que buscarán encerrarlo en algún centro de readaptación social en el país.
Y,
si le quedará alguna duda de está situación, le fue disipada hace unos días
cuando el senador por Morena, José Antonio Álvarez Lima, presento una
iniciativa para reformar el artículo 22 constitucional, con la cual se busca que los
bienes de funcionarios, exfuncionarios públicos y prestanombres que estén
acusados de actos de corrupción y tráfico de influencias, puedan ser
decomisados y sujetos a extinción de dominio.
La extinción de dominio es un instrumento legal con el que se
declara la pérdida de la titularidad de bienes de una persona a favor del Estado,
sin contraprestación ni compensación alguna para el afectado; todo ello
derivado de la comisión de actos ilícitos.
Actualmente a nivel federal solo se aplica por sentencia
judicial y solo en el caso de los delitos de delincuencia organizada, contra la salud, secuestro, robo de vehículos y
trata de personas y enriquecimiento ilícito.
Es por ello
que los integrantes de Morena en el senado de la república quieren hacerlo ley
e inscribir en ella también, que la extinción de
dominio pueda ser aplicada en delitos
cometidos por servidores públicos contra la administración pública, por actos de corrupción, abuso de
autoridad, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencia, cohecho y
enriquecimiento ilícito y que además, se aplique a todas las
personas que hayan sido usadas como instrumento, medio o apoyo para cometer
estos delitos, es decir, prestanombres.
Y, separar el procedimiento penal que se siga contra el acusado del
procedimiento de extinción de dominio. Para de esta reforma, el estado pueda
recuperar los bienes al margen de la condena que se imponga al responsable de
los actos de corrupción.
El
tiempo avanza y no ha favor de Kiko Vega, el proceso electoral que se avecina
se vislumbra harto complicado para él, las circunstancias y características políticas
son opuestas a las que festinaba en el 2016, el futuro ya no es promisorio como
en ese tiempo, hoy, los nubarrones de una tormenta judicial se observan a lo
lejos y sus opciones políticas que le permitan revertir el oscuro final de su
administración, son exiguas.
Al
final del camino se otea la prisión.
Y
mientras tanto….
Resulta
que cualquiera ya se puede autodesignar como sinodal y definir quién o quienes
son periodistas.
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