La designación de la exjefa de Gobierno del Distrito Federal,
Rosario Robles, como secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) del
gobierno de Enrique Peña Nieto, generó opiniones encontradas entre
mujeres defensoras de los derechos femeninos.
Unas destacaron su
trayectoria de izquierda y de impulso a los derechos de las mujeres
cuando estuvo al frente de la capital del país, lo que –consideraron– se
reflejaría en la Sedesol, mientras que otras consideraron que será
utilizada por el PRI para atraer votos y como moneda de cambio.
En
contraste, quien generó un respaldo unánime fue la nueva secretaria de
Salud (Ss), Mercedes Juan López, la primera mexicana en encabezar esa
dependencia, aunque las defensoras de las mujeres criticaron la escasa
presencia femenina en el gabinete del priista, lo que refleja su poco
compromiso por la equidad de género.
Pros y contras
Carmen
Ponce, economista experta en género, auguró que la experredista
utilizará a la Sedesol como “moneda de cambio” para filiaciones
políticas y electoreras.
“Utilizará a las comunidades de escasos
recursos para atraer votos para el PRI, y además será enlace entre este
partido y el PRD”, auguró la especialista y férrea crítica del modelo
neoliberal.
Margarita Guillé Tamayo, coordinadora de la Red
Interamericana de Refugios, consideró que la designación de Robles fue
una mera “estrategia” de Peña Nieto, en el sentido de que le puede
ayudar a conciliar y resolver diferencias por su capacidad de diálogo
con otras fuerzas políticas y la sociedad civil.
En contraste, la
economista Clara Jusidman dijo que el nombramiento de Robles es
“positivo para la agenda de las mujeres” con la cual ha estado
comprometida, y afirmó que su trabajo en el capital del país da cuenta
de ello.
Previó que con la exdirigente nacional del PRD la
política social “seguramente recuperará la óptica de los derechos
sociales y no de los programas asistencialistas”.
En ese sentido
coincidió Teresa Hevia Rocha, coordinadora nacional del Programa de
Igualdad de Género, Derechos Políticos y Justicia Electoral del PNUD,
quien apuntó que su formación de izquierda hace a Robles sensible a los
problemas sociales y a las necesidades de la población, por lo que
tendrá la posibilidad de responder no desde un enfoque asistencialista,
sino de derechos humanos.
La senadora por el PRD, Angélica de la
Peña, observó que Rosario tiene una carrera política y méritos para
ocupar cualquier cargo, pero consideró que hay que otorgarle el
“beneficio de la duda”.
“Sabe de salud”
Sobre la designación
de Mercedes Juan López como secretaria de Salud, activistas
consideraron “positivo” que sea una mujer con amplia trayectoria en este
ámbito y que pertenezca a la Fundación Mexicana para la Salud
(Funsalud), instancia ciudadana que concibe los derechos sexuales y
reproductivos como un asunto de política pública y no desde un enfoque
“moral-religioso”.
Daniela Díaz, investigadora del área de
Presupuestos y Políticas Públicas de Fundar Centro de Análisis e
Investigación, señaló que es una persona que “sabe de salud” y que
esperarían que tenga una postura ética acerca de los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres, los cuales deben estar garantizados por
el Estado.
Eugenia López, directora de Red Balance, celebró la
designación de la médica cirujana de la UNAM especialista en medicina de
rehabilitación, al considerar que es una “buena opción” y representa
una oportunidad para avanzar en la salud sexual y reproductiva de las
mujeres.
López destacó que Mercedes Juan, exdiputada federal y
exsecretaria de la Comisión de Salud, es “cercana” a Patricia Uribe,
exdirectora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud
Reproductiva (CNEGSR), quien impulsó acciones a favor de los derechos
sexuales y reproductivos.
Lina Berrio, presidenta de la
organización Kinal Antzetik, llamó a la nueva funcionaria a mantener los
programas de salud sexual y reproductiva de adolescentes, Arranque
Parejo en la Vida (de combate a la muerte materna), y de Planificación,
los cuales deben, convocó, fortalecerse.
Sobre la escasa presencia
femenina en el gabinete de Peña Nieto, Clara Jusidman y Angélica de la
Peña calificaron como “grave” que sólo haya tres mujeres, cuando la
mitad de las secretarías debería tener titulares del sexo femenino, toda
vez que en el PRI hay una gran cantidad de mexicanas capaces.
Jusidman
criticó que las posiciones “más duras” del gabinete (Gobernación,
Hacienda o Economía) todavía siguen quedando en manos de los hombres,
aunque resaltó el nombramiento de Mercedes Juan como la primera mujer al
frente de Salud federal, ya que es una dependencia “históricamente
controlada por los hombres”.
Fuente: Proceso
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