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Por: Abraham Salcido
La estampa de René Mendivil denota nostalgia, su salida de la dirigencia estatal la anunció
este fin de semana, consciente de que su
grupo político y él, ya no tendrían manos libres en el control del tricolor en la entidad.
En realidad su salida tácitamente la había adelantado hace unos días el dirigente nacional del PRI,
César Camacho Quiroz, quien en Mexicali, lo conminó a tomar sus propias decisiones. Esa fue la señal de
que nada tenía que hacer en la
dirigencia estatal del tricolor en Baja California.
La llegada de Héctor Yunes
respaldado por la dirigencia nacional como responsable de las elecciones
del 2013 en BC, vinieron a dar otra contextualización al derrotero que habrá de
tomar la designación de los candidatos del PRI a los diferentes cargos de
elección.
Mendívil gozó por un buen tiempo de estar encargado del PRI en el estado y usufructuarlo para sus motivaciones políticas
personales. Molestaba este hecho tanto
a sus adversarios políticos como
a los que se encuentran en su propia
corriente.
En el PRI local, hay contendientes serios que le van a
disputar palmo a palmo la candidatura
por la presidencia municipal de Tijuana: Carlos Barboza Castillo, David Saúl
Guakil, Jorge Hank Jr., Ruffo Ibarra
Batista y Roberto Alcide Beltrones.
Y, qué decir del empresario metido a político, Mario
Escobedo Carignan, quien es respaldado
por el coordinador de la bancada priísta en la LXII Legislatura,
Manlio Fabio Beltrones Rivera, que no
quita el dedo del renglón por convertirse en alcalde de Tijuana.
En suma, la situación para René Mendivil cambió abruptamente, habrá que ver si lo que trae le da para obtener la
candidatura, en un marco donde las cosas se ven sumamente competidas. Ahora
viene a mandar una dirigencia nacional
vertical, sólida, fría en la toma de decisiones y que está dispuesta a mandar
la primera señal de poder, ya teniendo
sentado en la silla al Presidente de México.
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