Con agua... y cascajo mexiquense
Como bote de basura o feria del empleo ha utilizado el gobierno federal al Organismo de Cuenca Península de Baja California, el equivalente a una delegación para la Comisión Nacional del Agua.
El pasado 22 de enero, llegó José Alejandro Cervantes Beltrán a sentar sus reales en la entidad, tras haber caído por la escalera del poder.
La liga inmediata de Cervantes era con el ahora ex director de la Conagua, David Korenfeld Federman, y, desde ahí, su escalera remataba en el actual secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso.
A Cervantes, la vida le sonrió al ganar el PRI en 2012. Fue contratado desde la transición, con un salario de 25 mil 254.76 pesos, el 25 de septiembre de aquel año.
Antes, Cervantes ya había pasado por el gobierno mexiquense, en su calidad de coordinador de Estudios y Proyectos Especiales en la secretaría de Agua y Obra Pública del Estado de México -cargo que ejerció sin título profesional, como ya lo veremos más adelante-. Ahí estuvo cerca de personajes adscritos a la tecnocracia peñista, como Alejandro Murat Hinojosa, ex director del Infonavit y actual precandidato a la gubernatura de Oaxaca.
Con el arribo de Korenfeld a la Conagua, el personaje que nos ocupa vivió el cénit de su poder -Fidel Herrera, dixit-, siendo investido coordinador de asesores adjunto de la dirección general -whatever that means-, quedando muy próximo a su padrino.
Pero el gran problema de ser rémora en la política es que, al caer el tiburón que le protege, su usufructuario queda a merced del océano.
El domingo 29 de marzo de 2015, Cervantes se hallaba alistando las maletas para viajar, junto a Korenfeld, a Corea del Sur. Iban al Foro Mundial del Agua.
Pero Cervantes ya no iría, junto a su patrón, a tierras orientales. Ese día, Ignacio Vizcaíno Tapia, un ciudadano, develó imágenes que mostraban que Korenfeld le daba uso de taxi a los helicópteros de la Conagua.
Comenzó, entonces, el descenso de Cervantes por la escala ecológica, y de rémora pasó a plancton.
Sin padrino que lo sostuviera junto al poder, a Cervantes ya solamente le alcanzó el cordón umbilical con Videgaray para terminar exiliado en Baja California, en vez de irse a la calle con sus cosas.
Ello pone en claro que la caída de Korenfeld tomó a Cervantes con los dedos en la puerta. Solamente así se explica que aceptara semejante degradación que, implicó, además, marcharse a 3 mil kilómetros de su lugar de origen.
Así que, si la representación de la Conagua en la entidad resulta agencia de colocación y/o premio de consolación, no hace falta ser muy docto para intuir cuál será el desempeño de Cervantes durante el tiempo que esté en su Siberia personal.
DUDAS
En el comunicado que envió la Conagua con motivo de la investidura de Cervantes, se consigna que tiene una "maestría en administración pública" y "más de 10 años de experiencia en el sector hídrico".
Sin embargo, en varias gacetas de la Universidad Autónoma del Estado de México, publicadas en 2007 y 2008, se consigna que Cervantes hacía parte, como alumno matriculado en la facultad de Derecho, del consejo de la referida casa de estudios.
Más aún. El Registro Nacional de Profesionistas precisa que fue hasta 2014 cuando a Cervantes se le entregó su cédula, la 08711845, como licenciado en derecho por la UAEM.
Si Cervantes se hizo de una maestria en menos de dos años -puesto que obtuvo su cédula en 2014 y ya traía el postgrado al llegar aquí, el pasado enero-, uno podría pensar que la cursó en las Academias Vázquez.
Un apunte final sobre Cervantes: En los comicios mexiquenses de 2009 fue capacitador en la segunda junta distrital del Instituto Electoral del Estado de México. En dichas elecciones, María Elena Barrera Tapia recuperó Toluca para el priismo, luego de nueve años de gobiernos panistas. Desde ahí, se hizo claro el ascenso del actual delegado en la política. ¿Coincidencia?
Son dudas que, por salud pública, debieran ser respondidas.
Comentarios: @gerardofragosom
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