Esto fue señalado por el legislador del PRI, al emitir un posicionamiento ante
el Pleno, por medio del cual enfatizó: “marquemos rumbo propio, demos un viraje
político e ideológico. Construyamos una mayoría nueva, construyamos ahora
la cultura del acuerdo”.
“Que sea este poder, que sea el legislativo quien de muestra de un acuerdo
histórico por Baja California. Dejemos de ser un Estado y una institución
encerrada en sí misma, incapaz de servirse de la razón, para salir del
oscurantismo y de la cleptocracia gubernamental”.
Resaltó que el 12 de enero de este año, la historia puso a la Entidad en un
momento único, en un momento nunca antes visto para muchos. Las calles,
las plazas públicas, los edificios de gobierno, eran de ellos, eran del pueblo.
“Baja California volvía a ser, de los bajacalifornianos”.
Días después se replicó el movimiento en Baja California, los cinco municipios
se cimbraron y la historia determinó que ya no eran momentos para los que
acostumbraban hacer oídos sordos. Los ciudadanos indignados, gritaban, por
considerar que los políticos no los representaban.
Por ello, -dijo- hubo asambleas, reuniones, propuestas, discusiones y reclamos
sin distingos de creencias políticas o sociales. Todos, absolutamente todos los
actores políticos en el Estado, eran mandantes para los ciudadanos. Se
establecía ya una nueva política en Baja California, una política contra los
políticos y contra las instituciones.
“Pero ese reclamo debía traducirse en resultados concretos, debía ese reclamo
contrario a su origen, institucionalizarse. Debe ese grito de la sociedad,
encontrar eco en que lo que importa ahora, es Baja California”.
Ante estos sucesos, Bernardo Padilla subrayó: “dejemos atrás viejos mitos,
dejemos a un lado privilegios de partidos, y hagamos nuestros los llamados de
los ciudadanos. Procuremos desde este espacio generar el acuerdo histórico por
Baja California”.
“Abramos el acuerdo a todos los ciudadanos, a todos los rincones de tan rica
península. Ahora Baja California deberá generar un acuerdo de renacimiento
bajacaliforniano. Un acuerdo único transversal. Que cruce latitudes ciudadanas
y longitudes institucionales. Que todos sean incluidos, gobierno, sociedad,
medios, poetas, abogados, estudiantes, músicos, obreros, religiosos, todos hijos
de Baja California, concluyó.
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