Por.- Alfredo Calva
No es negocio: trabajadores del volante….
Tristes y decepcionados se encuentran los trabajadores del servicio del
transporte público urbano y suburbano de Rosarito, por el incremento del veinte
por ciento que les hicieron sus patrones, los dueños de las placas y unidades,
a la tarifa que tienen que cubrir semanal y mensualmente, según sea el caso,
por laborar como choferes del transporte de pasajeros en esa demarcación.
Los empleados de los propietarios de unidades y placas del servicio del
transporte en Rosarito, gozaron de unas cuantas horas de felicidad cuando en sesión
de cabildo, sus integrantes aprobaron por mayoría el dictamen elaborado y
consensuado por el empresario transportista metido a regidor, Miguel Calles, el
incremento del hasta el 25 por ciento a las tarifas del servicio del transporte
en sus diferentes modalidades y rutas.
Los
choferes creyeron por unos momentos que esa autorización les permitiría poder
sobrellevar el aumento a los carburantes, aceites y refacciones que se
registraron a partir del primer día de enero pasado por decisión del ejecutivo
federal, sin embargo, el sueño fue efímero, y este se transformó en una
pesadilla, cuando sus patrones les informaron del nuevo precio de las cuotas a
pagarles.
Con
esta decisión unilateral, pero tradicional en los propietarios de las placas y
unidades del transporte, los trabajadores del volante, de acuerdo a lo
expresado por los consultados, el monto destinado para la manutención de sus
familias, será más precario que antes del incremento a las tarifas aprobadas en
cabildo.
Señalan
los explotados choferes, que en cada día el trabajo, que son jornadas de doce a
catorce horas, están obligados a reunir tres tantos de efectivo, el dinero que
es para cubrir la cuota al dueño de la
unidad y las placas, el segundo monto económico es para el combustible, aceites
y en su caso de refacciones que emplee la unidad en su turno de trabajo, y lo restante,
si sobra, es para el sustento de sus familias.
Y
al abordar el tema de combustibles y refacciones, los trabajadores del volante cada
día que transcurre se percatan de que el consumo del carburante y la
continuidad de internacional a los talleres para reparaciones mecánicas, se van
incrementando debido a la antigüedad de las unidades, ya que la mayoría del
parque vehicular existente en este sector, data de cuando menos quince años.
por
lo anterior y con base en los precios ya incrementados de los combustibles,
ahora, tendrán que desviar del único recurso económico del que les es posible,
el correspondiente al de sus familias, una parte para cubrir el aumento que sus
patrones tuvieron a bien obsequiarle como muestra de alegría al logro de su
regidor al aumentar con la venía de la mayoría del cabildo las tarifas.
Y,
si se registra otro “gasolinazo”, están seguros de que entonces ya no será
redituable para ellos el continuar prestando sus servicios a los dueños del
transporte público urbano y suburbano de Rosarito, y se verán en la imperiosa necesidad
de buscar otras alternativas de sustento para los suyos.
Alegría
poco duradera.
Y
mientras tanto…
En
la mesa de diálogo que se viene sosteniendo en la capital del estado, entre
ciudadanos y el presidente de la mesa directiva del Congreso del estado,
Ignacio García Dworak, las inquietudes y exigencias planteadas al ente legislativo
por los ciudadanos, van por la ruta del ente disiento y acuerdo para su
solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario