Lourdes Chávez Sánchez, jefa de Nutrición y Dietología del nosocomio, comentó que se puede comenzar con pequeños cambios para disminuir el consumo de sal, por ejemplo, consumir los alimentos ya sea a vapor o asados, con carnes blancas (pescado, pollo, pavo), aumentar el consumo de frutas y verduras, y evitar alimentos enlatados y empaquetados.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) si se reduce el consumo de sal a menos de 5 gramos al día, puede evitar que la presión arterial aumente. Una dieta baja en sal, evitaría hasta uno de cada cuatro ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares.
Por su parte, José Alberto González Sarmiento, jefe del Servicio de Medicina Interna, comenta que la hipertensión es un incremento de la presión arterial, que actualmente se define con cifras mayores a 140-90. Es más frecuente a partir de los 40 o 45 años, y entre los factores que contribuyen a la hipertensión, es el exceso de sal en la dieta, obesidad, sedentarismo, tabaquismo, diabetes y el factor genético.
“El tratamiento con cambio en el estilo de vida, para alguien con hipertensión es bajar de peso, hacer ejercicio, lo recomendado es caminar 30 minutos todos los días, y limitar la ingesta de sal a 4 gramos al día. Cabe señalar que el tratamiento farmacológico depende de la condición de cada paciente para saber cuál es el hipertensivo a utilizar”, finalizó.
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