El tiro de garcia a la clase trabajadora.
Por: Javier Malacara
Por: Javier Malacara
Desde el 31 de mayo del 2005, el presidente Vicente Fox
Quezada signó el decreto para la promulgación de reforma a la ley del INFONAVIT,
contando una verdad a medias para que aquellos que fueran beneficiados con
dicha dependencia federal no se diera cuanta que les quitaban el verdadero beneficio
y la misión por la cual fue formado este instituto de fondo nacional.
¿Cuál fue la cortina de humo que proyectó el presidente de
la republica Fox Quezada? Bueno el mandatario mexicano en su exposición, en el salón Tesorería de
Palacio Nacional, Fox Quesada comentó que el decreto en cuestión lleva al
INFONAVIT y a la política pública con seguridad hacia los próximos 6, 12, 24 o
los años que sean necesarios para que cada familia tenga vivienda propia.
Pero la realidad era otra, viendo las necesidades de obtener
una vivienda por parte de los mexicanos el gobierno le quita la verdadera alma
al INFONAVIT al volverlo un aval de los trabajadores, ya que para obtener una
casa ya no era necesario que calificaras con los semestres trabajados y entrar
al sorteo de las viviendas, con el solo simple hecho de tener las de 2 años trabajando
en una misma empresa y calificando el salario de los trabajadores en veces del
salario mínimo en el distrito federal, alcanzaba los montos máximos del crédito
y con el 20% del costo de la vivienda en la subcuenta entonces eran merecedores
a la casa de sus sueños.
Después de cumplir con estos requisitos tendrías que ir a
una casa bancaria, crediticia o sofol a solicitar el crédito para obtener así
el financiamiento de la vivienda, entre los amarres al deudor o como bien es
conocido como contrato les exponían solo las cosas buenas como “contará usted
con un seguro de desempleo en caso de perder tu empleo no va a pagar los meses
que este desempleado”, “en caso de morir usted por causa de enfermedad, sus
deudos no pagaran la deuda, pero su cónyuge tiene que firmar la deuda”.
Estas fueron las dos cláusulas que manejaron aquellas casas
que se dedicaron a otorgar los créditos, pero nunca les dijeron que esto se manejaría
como los créditos bancarios que se otorgaban a la gente con mucho dinero en los
años de los ochentas, que en caso de no pagar enfrentaban un juicio de embargo por parte del banco.
Tampoco les hicieron de su conocimiento que el mismo que les
sirvió de aval, remataria las cuentas para que las casas crediticias les compraran
la deuda para iniciar así embargos y quedarse con las viviendas y entonces
dejar con la única alternativa a los trabajadores, que es abandonar su patrimonio
y el de sus hijos.
Ahora podemos ver la cantidad de casas abandonadas en
diferentes fraccionamientos en todos los estados del país, sin ley que pueda
ayudar a los trabajadores que perdieron lo único que tenían y que ya muchos tenían
como herencia para sus vástagos a ver si con el cambio de gobierno le regresan
el alma, la sensibilidad y su principal misión al INFONAVIT.
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