sábado, 24 de noviembre de 2012

Duarte cierra casos de Rubí y Marisela con la muerte de presunto asesino; activistas responden: Eso no es justicia


Rosarito Informa.-El gobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez aseguró que con la muerte de Sergio Rafael Barraza y la captura de José Enrique Jiménez, alias “el Wicked”, se resolvían los homicidios de Rubí Marisol Frayre Escobedo y de Marisela Escobedo Ortiz.


 “Caso cerrado”, dijo. Pero la Red Mesa de Mujeres, un grupo de activistas de Ciudad Juárez, tomó con reserva el dato. La pesadilla de la Marisela Escobedo dio inicio cuando su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo comenzó una relación sentimental con Sergio Rafael Barraza Bocanegra, a quien había contratado para que lo ayudara en una pequeña empresa de carpintería.

 El joven asesinó a la muchacha en un arranque de celos y así lo declaró, pero sorpresivamente quedó en libertad. Entonces Marisela se volvió una activista que clamaba justicia por el homicidio de Rubí, pero nunca la encontró y perdió la vida en el intento, cuando el 16 de diciembre de 2010, durante una protesta permanente en la Plaza Hidalgo de la ciudad de Chihuahua, frente al Palacio de Gobierno, también fue asesinada. 

  De acuerdo con El Diario, la asociación civil afirma que la esta muerte violenta de Sergio era algo que no debía ocurrir, en vez de ello, el joven debería estar cumpliendo una sentencia y no enfrentándose contra el Ejército, consideró Imelda Marrufo, directora de la Red.

 “De esta manera el crimen queda impune. A Rubí Marisol no se le hizo justicia, como a Marisela Escobedo tampoco se le ha hecho justicia”, expresó Marrufo al rotativo local. “Sergio tenía una sentencia que cumplir en prisión, y Marisela, quien siempre puso en bandeja de plata a las autoridades al responsable de la muerte de su hija, lo que pedía era que pagara con cárcel y eso no ocurrió”.

 La muerte de Barraza Bocanegra la dio a conocer Arturo Nahle García, procurador de justicia de Zacatecas, el pasado 21 de noviembre, cuando informó que presuntamente Sergio, conocido como “El Piwi”, había sido abatido en un enfrentamiento con elementos castrenses. Supuestamente comandaba un grupo de sicarios de Los Zetas.

 “Nadie pedía que Sergio muriera, sino que purgara la sentencia a la cual había sido sentenciado en el Tribunal de casación”, agregó la activista. La directora de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez también se refirió al caso de Marisela, en el que “lamentablemente, la misma impunidad prevalece”, pues a poco menos de un mes de cumplirse dos años de su muerte, las autoridades se niegan a escuchar la versión de los hijos de la activista y de uno de los testigos del crimen, quienes afirman que la Fiscalía General del Estado (FGE) fabricó “chivos expiatorios” en el caso.

 Pero para las autoridades ya no hay nada que hacer al respecto, pues el gobernador César Duarte afirmó ayer que tanto el caso de Rubí como el de Marisela ya se resolvieron y ya están cerrados.

 El funcionario estatal expuso que “la Fiscalía nunca dejó de buscar” a Sergio y manifestó que “con la muerte de Barraza Bocanegra en Zacatecas, se cierra un doloroso capítulo que vivimos los chihuahuenses, y es el inicio de que se vaya sanando esa profunda herida que nos dejaron las muertes de Rubí y de Marisela”.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX 

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