Con más de dos décadas en la titularidad del gobierno del estado, el Partido Acción Nacional enfrenta por primera vez la posibilidad de perder la gubernatura, luego de que los dos procesos electorales anteriores, han sumergido a ese partido en la derrota y la pérdida del control y el poder político. El debilitamiento del albiazul, de paso, ha agudizado el divisionismo en sus filas.
De acuerdo a los análisis más serios, la caída del PAN y lo que representa, es consecuencia de la reactivación del Revolucionario Institucional, tejida por el ahora diputado federal Fernando Castro Trenti y sus aliados. El trabajo que ha robustecido al tricolor, les permitió, no sólo recuperar los 5 municipios; poseen también un férreo control del Congreso del Estado y, para coronar, en la elección federal anterior, ganaron casi todo. La excepción fueron los distritos electorales de Tijuana, en los que el grupo de Carlos Bustamante, sumergido en la soberbia dejaron todo a la inercia del triunfo de Enrique Peña Nieto.
En el tema que nos ocupa, hay que anotar que uno de los más duros revés sufridos por Acción Nacional, más allá de las derrotas que ha enfrentado, fue la trágica muerte de su candidato natural a la gubernatura: José Francisco Blake Mora. Ese acontecimiento alborotó a quienes, incluso sin tener la más mínima, se sienten con posibilidades de contender por la gubernatura.
El lamentable deceso, al igual que en el Revolucionario Institucional, enfiló a 7 suspirantes, aunque también igual que sus oponentes del tricolor, sólo a dos se les mira como punteros en la preferencia de la elección internar panista. Aún así, echemos un rápido vistazo del perfil de algunos de los que se mueven en busca de la candidatura a suceder a José Guadalupe Osuna Millán.
Gastón Luken, hijo de empresario, metido a político hace un par de años. Fue presidente de Coparmex en 1994 y, desde entonces, me asegura uno de sus iguales en el mundo empresarial, empezó a trabajar para construir el proyecto que hoy pelea, primero como consejero electoral en el estado, luego federal.
La consejería electoral federal, le permitió conocer a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y, a la vez, recibir la oportunidad de su parte de ser Contralor del gobierno del Distrito Federal. Con esa posición, superó años de ostracismo, en los que estuvo refundido en las empresas de su padre Gastón Luken Garza, empresario perteneciente al Grupo Monterrey que, por cierto, financió de manera importante el crecimiento y llegada del PAN al poder.
Gracias a acuerdos cupulares, Gastón consigue la candidatura ciudadana para contender por el distrito más panista de Tijuana, el cuarto. Mareado por la posición que le cayó de regalo, cayó en la ocurrencia de que podía ser gobernador.
Sabedor de pragmatismo panista en Baja California y el rechazo de su militancia a advenedizos y oportunistas, como es su caso, Gastón busca darles la vuelta a los miembros y adherentes del blanquiazul, mediante un arreglo cupular que le otorgue la candidatura. Para ello, aprovecha su presunta cercanía con un sector de la izquierda (solo irá con el PRD) en una alianza que, la verdad, en Baja California, no sumaria nada a ninguno de los dos partidos. Tengo la impresión que Gastón carece de experiencia para contender por la gubernatura y lo abe; de ahí que la candidatura a la presidencia municipal de Tijuana la ve como la mejor alternativa.
Oscar Vega insiste en ser mencionado, aunque no entiendo de o por dónde, un sujeto tan menor y tan gris como él, pretende contender por la gubernatura. Creo que los panistas no le ven meritos y los bajacalifornianos no le conocen experiencia para ser candidato a gobernar. A vega le hacen falta muchas cosas, aunque la más importante es madurar. Entender su circunstancia y sus alcances. Si mal no recuerdo, nunca a contendido por un puesto de elección popular, lo que lo hace un improvisado. Nunca se ha probado en las Urnas. Lo que supone su mayor fortaleza, aunque los panistas lo ven como un desplante de oportunismo, es sentirse sucesor de José Francisco Blake Mora (q.e.p.d) y, por ende, disponer del apoyo incondicional del desteñido gobernador, José Guadalupe Osuna Millán.
Uno de los panistas más viejos, probado en las batallas electorales bajacalifornianas desde muy joven, es mi amigo Cuauhtémoc Cardona Benavides quien posee experiencia y reconocimiento de amplios sectores de Acción Nacional, lo mismo en el Estado, que en el contexto nacional, sin embargo, en mi opinión, no es su momento. Temo suma a alguno de los proyectos, pero en lo personal debe consolidar y reposicionar algunos temas de su perfil personal.
Héctor Osuna Jaime es de los aspirantes panistas que más experiencia tiene. El ex senador es un hombre ejecutivo y con probada capacidad, lo que acreditó a su paso por la alcaldía de Tijuana, que lo ubica como uno de los mejores presidentes municipales de la ciudad.
Y, aunque siempre he opinado que la humildad es una virtud de los apocados, sumisos y menores, Osuna Jaime tiene una imagen que supone desborda soberbia, lo que le resta popularidad. Hay que recordar que ya no son los ’90, cuando el PAN ganaba con el sólo trámite de registrar candidatos. Hoy, Acción Nacional ocupa un candidato carismático que ofrezca pelea y parece que Héctor no tiene esa cualidad y, en opinión de propios y extraños de ese partido, es una lástima porque Osuna Jaime se presenta como uno de los personajes que sería un excelente gobernador.
Quien se presenta con la mayor popularidad y aceptación al interior del Acción Nacional, tanto cuanto al exterior de ese partido, es el ex presidente municipal de Tijuana, Francisco Vega de la Madrid. En la elección constitucional, hasta el momento, Kiko se presenta como el panista que ofrece la mayor rentabilidad.
Ir por tercera ocasión en busca de la candidatura, lo acredita como un hombre perseverante, pero además, de acuerdo a sondeos de opinión, posee un perfil carismático, lo que lo hace un candidato que puede dar la pelea con posibilidades de triunfo.
El tema de las izquierdas y los partidos menores, así como las ocurrencias de sus dirigentes y beneficiarios de cúpula, la siguiente entrega.
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