Rosarito Informa.- “Hay prioridades. La prioridad en este momento es llevar gente armada” explicó un militar a los periodistas y el par de agentes del ministerio público que hacían fila en el hangar de la Secretaría de la Defensa Nacional para subirse a alguna de las aeronaves del Ejército con dirección a Acapulco, ciudad que se encuentra bajo el agua desde el paso de la tormenta tropical “Manuel”.
Desde ese hangar contiguo a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el martes fueron transportados 73 pasajeros militares a Guerrero. El primer reporte de este miércoles establecía que desde la medianoche y hasta las cinco de la mañana otros 549 militares habían sido enviados a esa entidad.
Durante los primeros días del siniestro la mayoría de los enviados han sido “fuerzas de apoyo”, que portan cacerolas, maquinaria, palas, carretas, llantas, medicinas y artículos para rescate. A partir de las diez de la noche comenzaron a llegar camiones cargados de policías militares con permiso para portar armas (cada uno llevaba su fusil y una pistola).
“Han salido fuerzas de apoyo para casos de desastre y están saliendo otros de seguridad para proteger a la población civil en los casos en que se requiera y evitar pillaje. Y todavía se requieren más”, explicó la noche del martes uno de los militares que coordinaba los vuelos.
Cada vez que aterrizaban vuelos cargados con turistas que habían sido rescatados del puerto de Acapulco sus asientos eran tomados por soldados asignados a labores humanitarias o evitar pillaje. Todos pertenecen a la 1ª Zona Militar, que abarca el Valle de México.
“En el plan DNIII está estipulado que pueden ir armados para dar apoyo a la población civil y evitar pillaje en las colonias que se requieran”, explicó un soldado.
Una fila de autobuses color verde olivo espera en el hangar la llegada de cada vuelo. En su interior son acomodados los turistas recién llegados –varios en chancletas, como recién salidos del mar, cubriéndose del frío con alguna toalla a falta de abrigo. La gente aplaudía y echaba porras al Ejército mexicano por haberlos rescatado de la corriente desbocada que paralizó la ciudad donde vacacionaban.
Para poder asegurar su asiento en alguna aeronave, los turistas tuvieron que hacer una fila de aproximadamente siete horas, bajo el sol. Por la pista desfilaron Boeings 727, Hércules, Spartan y aviones Caza.
“Venimos quemados pero no por la playa, sino por las horas de estar esperando. Y todavía se quedaron muchos más”, dijo en entrevista el médico Alfonso Castillejo, desde su asiento en uno de los autobuses que llevaría a los recién llegados al aeropuerto capitalino para que tomaran un taxi.
Otros lamentaban que algunos conocidos no han podido ni siquiera salir de su hotel porque siguen bajo el agua. Otros comentaban que las peleas entre turistas, durante las horas de espera, fueron duras, pues todos querían abordar.
“Se quedaron muchos”, dijo la señora Elda Rosa Guerrero, desde otro asiento.
Desde ese misma base aérea el día de ayer fueron enviadas a Guerrero mil 594 despensas equivalentes a diez toneladas.
A partir de que se abrió la pista aérea de la base militar Pie de la Cuesta, en Guerrero, el martes fueron traídos a esta base mil 89 ciudadanos que vacacionaban en Acapulco y quedaron varados por las inundaciones provocadas por la tormenta tropical “Manuel”. Desde media noche y hasta las cinco de la mañana de este miércoles 720 civiles habían sido rescatados.
Personal castrense confirmó que desde ese hangar han sido transportados militares exclusivamente a Guerrero. Hasta este momento no han recibido órdenes de acudir a alguna otra entidad de la República que se encuentre en emergencia por las inundaciones.
La otra base militar activa para enviar aeronaves a Guerrero es Santa Lucía.
Fuente: (proceso.com.mx)
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