Cero Grados.-La parasitosis intestinal es una infección contagiosa alojada en el aparato digestivo que padecen tanto niños como adultos, surge a consecuencia de alimentos o agua contaminados y una pobre higiene, explicó el doctor Óscar Castro Guevara, director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis, Río Colorado, Sonora.
Se trata de uno de los problemas de salud más persistente, ya que causan mal aliento, constipación, diarrea, acidez, hasta anemia, malnutrición, crecimiento retrasado, incluso pueden afectar el desempeño escolar y las actividades de los niños.
Señalo que los parásitos más comunes son áscaris (lombrices) y la taenia solium (solitaria), ambas se alojan en el intestino de la persona infectada. En zonas tropicales rurales se desarrolla la uncinariasis (parásito que penetra por pies y manos).
Castro Guevara mencionó que en su ciclo de vida, la solitaria produce huevos llamados cisticercos que se hospedan y afectan el cerebro, los ojos y los músculos, lo que da lugar a la enfermedad conocida como cisticercosis. Los síntomas del paciente con solitaria son dolor de estómago, pérdida de peso, flatulencias y dolor de cabeza.
Resaltó que la parasitosis intestinal invade otros órganos - corazón, hígado y pulmón- a través de la circulación. Sin embargo, en ocasiones es asintomática, el padecimiento se manifiesta con palidez, diarrea y debe ser tratado a la brevedad, pues en caso de complicaciones requerirá de manejo quirúrgico.
Advirtió que en el aparato respiratorio pueden causar un deterioro relevante; cuando la parasitosis intestinal es de larga data. De igual manera, en el aparato circulatorio, la parasitosis puede provocar calambres, hipotensiones rebeldes a todo tipo de tratamiento clásico, debido a que los parásitos segregan sus toxinas y una sustancia llamada histamina, vasodilatadora, que provoca la caída de la tensión arterial y causa cansancio, mareos y dolor de cabeza.
Recomendó que para evitar la áscaris (lombrices) es fundamental lavarse las manos principalmente después de ir al baño y antes de consumir alimentos; no comer carne ni verduras crudas o frutas sin lavar; hervir el agua para beber por al menos un minuto, en especial cuando la ingieren lactantes y niños, así como no caminar descalzo o con calzado abierto en suelos de tierra o arena húmedos.
Adicionalmente, recordó el director de la UMF número 38, el Instituto realiza campañas para desparasitar a la población con medicamentos y con el apoyo de PrevenIMSS y de las Unidades de Medicina Familiar (UMF), el personal otorga tratamiento oportuno y adecuado a población abierta durante las campañas de vacunación.
Se trata de uno de los problemas de salud más persistente, ya que causan mal aliento, constipación, diarrea, acidez, hasta anemia, malnutrición, crecimiento retrasado, incluso pueden afectar el desempeño escolar y las actividades de los niños.
Señalo que los parásitos más comunes son áscaris (lombrices) y la taenia solium (solitaria), ambas se alojan en el intestino de la persona infectada. En zonas tropicales rurales se desarrolla la uncinariasis (parásito que penetra por pies y manos).
Castro Guevara mencionó que en su ciclo de vida, la solitaria produce huevos llamados cisticercos que se hospedan y afectan el cerebro, los ojos y los músculos, lo que da lugar a la enfermedad conocida como cisticercosis. Los síntomas del paciente con solitaria son dolor de estómago, pérdida de peso, flatulencias y dolor de cabeza.
Resaltó que la parasitosis intestinal invade otros órganos - corazón, hígado y pulmón- a través de la circulación. Sin embargo, en ocasiones es asintomática, el padecimiento se manifiesta con palidez, diarrea y debe ser tratado a la brevedad, pues en caso de complicaciones requerirá de manejo quirúrgico.
Advirtió que en el aparato respiratorio pueden causar un deterioro relevante; cuando la parasitosis intestinal es de larga data. De igual manera, en el aparato circulatorio, la parasitosis puede provocar calambres, hipotensiones rebeldes a todo tipo de tratamiento clásico, debido a que los parásitos segregan sus toxinas y una sustancia llamada histamina, vasodilatadora, que provoca la caída de la tensión arterial y causa cansancio, mareos y dolor de cabeza.
Recomendó que para evitar la áscaris (lombrices) es fundamental lavarse las manos principalmente después de ir al baño y antes de consumir alimentos; no comer carne ni verduras crudas o frutas sin lavar; hervir el agua para beber por al menos un minuto, en especial cuando la ingieren lactantes y niños, así como no caminar descalzo o con calzado abierto en suelos de tierra o arena húmedos.
Adicionalmente, recordó el director de la UMF número 38, el Instituto realiza campañas para desparasitar a la población con medicamentos y con el apoyo de PrevenIMSS y de las Unidades de Medicina Familiar (UMF), el personal otorga tratamiento oportuno y adecuado a población abierta durante las campañas de vacunación.
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