Por: Gerardo Fragoso M.
Constantemente me pregunto si, para sus muy particulares intereses, no sería mejor que los políticos aceptaran la comisión de sus acciones cuestionables, en vez de pretender negarlas con argumentos y estrategias que lo único que hacen es dejarlos peor de mal parados.
Ayer me lo pregunté una vez más, cuando David Saúl Guakil respondió a la columna Lorenia, la que vigila a los que hablan mal de Guakil, misma que circuló ayer, a través de otra columna: AFN Político, que escribe Dora Elena Cortés.