Amores de locura
Por: Javy Malacara
Que tal mis queridos lectores, espero que hayan pasado un
buen fin de semana. Bueno pues como dijo el indio, a lo que te truje Chencha;
deje le cuento mi querido lector que el Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California
(IPEBC), pues pareciera que se vino de mal en peor, primero los malos manejos
del ahora si el doctor con la especialidad en
psiquiatra, Luis Enrique Dorantes Marines, en la administración y las
usurpaciones de funciones del mismo ex director, se han venido quedando pequeño
en comparación con lo que ahora pasa.
Pues resulta que aparte de sufrir de ese mal tan
significativo, utilizaba el departamento
para hacer otro tipo de cochinadas, pues lo utilizaba para sus encuentros amorosos
que tenían el doctor, claro buscando la economía de su bolsillo y ahorrándose
el motelito, pues era ahí donde detrás de la puerta se convertía en el gatito
mensito (perdón Mansito, “este teclado nuevo que todavía no me hayo bien”) para
su acompañante de nombre Liliana García Meza , dejando en el hospital el tigre
que todos llevamos dentro.
Como yo lo he recalcado y en esta ocasión no quisiera pasar
por alto, que este aporrea teclas no le gusta meterse en la vida de las
personas, pero en esta ocasión señalo esta situación tan llena de amor, por el
simple motivo de que a estos personajes que por cierto se rentan en el IPEBC y
perciben un salario que es de sus impuestos mi querido contribuyente, resulta
que estos tortolitos se salían en horas
de trabajo para recorrerse de “punta a punta” como dice la canción de José Luis
Rodríguez “EL PUMA”.
Dicen las malas lenguas que en una plática muy acalorada
donde le levantaban un acta al doctor
residente de Villas de Colorado, él dijo que su molestia era porque el
subdirector Rico utilizaba su casa de motel pero según testigos nunca dijo el
nombre de la afortunada, fue cuando la Licenciada Ima Zumak Pichardo Sánchez, quien ostenta la
coordinación de asuntos jurídicos del IPEBC, fue la que asevero que si la fulana
era la trabajadora Social Liliana García Meza, ya que para nadie del nosocomio
era un secreto esa Honey Moon, que ambos empleados se aventaron en Cancún.
Bueno pues resulta que ahora que llegó la nueva directora,
la doctora Adriana Ruth Balcázar Musacchio, pues resulta que la subdirección y
oficina de Víctor Rico ahora se
convirtió en el nidito de amor de este par de tortolitos, ya que según testigos dicen que se pegan unas
encerronas a piedra y lodo de más de medio turno (ósea 4 horas), una vez mas no
entienden que mientras estén en horas de trabajo no pueden andar haciendo sus
cochinas en una oficina gubernamental, porque entonces ese amorío se convierte
del dominio público, ya quedaron atrás aquellos domingos donde el subdirector
Rico Hernández, le dio a su enamorada la plaza de terapeuta, solo porque la
mandaba a un diplomado los sábados y los domingos se la pasaba todo el día con
ella encerrados en el hospital, ya que no llegaban pacientes en esos días,
¿pero que tal le ponían Goerge al Baby?
La pregunta es ¿Qué el subdirector Víctor Rico Hernández,
cuenta con la venia para hacer lo que quiera en ese hospital de la nueva
directora Balcázar Musacchio? O ¿será que la directora tampoco se da cuenta de
lo que pasa, porque su damo de compañía no la deja ver? Pero esa es otra
historia que ya les contare en los próximos días la historia de un gigolo y ex
presidario que disfruta del dinero público sin trabajar en el gobierno.
Le digo mi querido lector que estos según son muy Gallos y
sale bien Grillos, y ya sabe recuerde
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