Cero Grados.- Hace apenas unos meses, Itzel se convirtió en mamá. Ella es técnico en urgencias médicas, laboró para la Cruz Roja de Ensenada y en la actualidad forma parte del equipo operativo de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC) perteneciente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California (SSCBC).
“Mi nueva experiencia es ser mamá, mamá primeriza. Al principio fue un poco difícil dejar a mi bebé tan chiquito y venir a laborar a las calles. Se me hacía eterno venir a trabajar y no regresar rápido a la casa con mi bebé”, señaló.
Asegura que esta nueva etapa es complicada, pero de gran satisfacción cuando llega a casa y su hijo la espera para recibirla con una sonrisa llena de amor.
“Ahí está él esperándome, está aprendiendo a caminar y corre en la andadera hacía mí, me mira y sonríe, de ahí en fuera soy completamente de él, me exige tiempo y tengo que repartirlo entre lo que es el trabajo y lo que es la atención a mi hijo con sus cuidados, es una experiencia única”, mencionó.
Para la oficial Itzel, su primer pensamiento al salir de casa es el ayudar, teniendo una actitud positiva, en hacer un buen trabajo para la ciudadanía, así como regresar con bien a su hogar para estar con su pequeño hijo.
“Combinar el ser mamá y ser policía es muy satisfactorio, la parte cuando vas en la calle y los niños te saludan y te dicen que quieren ser policías de grandes, te miran como si fueras un héroe, así te miran los niños, así me va a ver mi pequeño”, expresó.
Dentro de la corporación cumplirá cuatro años y afirma que todo se puede: trabajar, estudiar, ser mamá.
“Es querer superarse uno mismo y más aún por el beneficio de mi hijo”, dijo.
“El hecho de que me esté mirando uniformada, que salgo a trabajar y cuando él tenga la madurez para comprender a que se dedica su mamá, siento que también le voy a sembrar esa semillita de interés por querer ayudar a las personas, a ser servicial y de tener ese amor por marcar una diferencia”, consideró.
Su interés en la policía empezó cuando era una niña de seis años, al ver a sus papás y familiares que se desarrollaban en este ámbito, de ahí le empezó la curiosidad por ser policía.
“Yo sé que como persona y agente activo corro el riesgo de infinidad de cosas, como accidentes o enfrentamientos, pero es algo que yo escogí hacer, andar en campo, ser agente operativo, ayudar a las personas de mi comunidad, es una experiencia muy bonita, el tratar con la gente, el ayudarlos, el tratar con ellas. El trabajo es sacrificado, pero tiene sus recompensas y vale la pena”, finalizó.
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