Caminata y
convicciones
Los Cardones:
Verde-Azteca
Adiós, poeta
Gutiérrez Vega
Julio Hernández López
La colectiva caminata sabatina que desembocó en la Plaza de
la Constitución demostró el arraigo y la persistencia de un movimiento cuyas
premisas (verdad y justicia respecto a la desaparición de 43 jóvenes
estudiantes) no han sido diluidas ni política ni socialmente a pesar de la
perversa campaña de confusión procesal, envenenamiento mediático,
amedrentamiento físico y la soez pretensión de instalar una verdad histórica
para fundamentar un carpetazo que el poder federal no ha podido asestar a pesar
de sus enjundiosos intentos.
No fueron tantos como se hubiera esperado (el Zócalo, en esa marcha de los paraguas, no se llenó), pero sí fueron los suficientes para demostrar que la lucha y la esperanza siguen vigentes. Salvo los tradicionales incidentes provocados al final de la larga columna por grupos de encapuchados en los que se entremezclan genuinas convicciones confrontacionales y sembradas provocaciones, el desarrollo de la multitudinaria manifestación fue operativamente ordenado (no hubo presencia policiaca más que preventiva, aunque los incidentes antes mencionados motivaron la aparición cuantiosa de los cuerpos de seguridad), con una evidente indignación desahogada en mantas, pancartas, consignas, música y el vehemente conteo coral que llegado al 43 exigía justicia.
No fueron tantos como se hubiera esperado (el Zócalo, en esa marcha de los paraguas, no se llenó), pero sí fueron los suficientes para demostrar que la lucha y la esperanza siguen vigentes. Salvo los tradicionales incidentes provocados al final de la larga columna por grupos de encapuchados en los que se entremezclan genuinas convicciones confrontacionales y sembradas provocaciones, el desarrollo de la multitudinaria manifestación fue operativamente ordenado (no hubo presencia policiaca más que preventiva, aunque los incidentes antes mencionados motivaron la aparición cuantiosa de los cuerpos de seguridad), con una evidente indignación desahogada en mantas, pancartas, consignas, música y el vehemente conteo coral que llegado al 43 exigía justicia.
Pero, sobre todo, el valor de ese fluir sobre el Paseo de la
Reforma rumbo al Zócalo capitalino estuvo en la persistencia de un movimiento
que, a diferencia de muchos otros en décadas recientes (por ejemplo, los de
protesta por fraudes electorales o los de otras víctimas de crímenes
provenientes de la dupla gobierno- narco), no ha podido ser mediatizado ni
aplastado. Sin organización política ni social suficientes, la fuerza de ese
hartazgo colectivo se mantiene e incluso ha lanzado la propuesta de que no haya
más luchas populares aisladas. En la noche trágica de Iguala sembraron
semillas.
En La Paz, Baja California Sur, un plural movimiento de
resistencia cívica se ha levantado contra las diversas maniobras de trampa,
colindantes con lo mafioso, que se han practicado para dar viabilidad a un
proyecto de minería a cielo abierto denominado Los Cardones, en el que
intereses y personajes abiertamente ligados a Ricardo Salinas Pliego, el
principal accionista del Grupo Azteca, tienen papel preponderante.
Una muestra de las irregularidades con fuerte tufo a
corrupción se produjo la semana anterior, cuando regidores y síndico del
municipio paceño aprobaron en secreto permisos para uso de suelo en favor de
esa mina señalada como tóxica, a unos días de que termine la gestión actual,
dominada por el PRI y el Verde, y entre en funciones una administración panista
(en BCS hubo un largo dominio del tricolor; una alternancia perredista, con
Leonel Cota como principal figura, una primera gubernatura de Acción Nacional,
con Marcos Covarrubias, antes perredista, y ahora el PAN ha ganado de manera
apabullante el Congreso local, las presidencias municipales y en el Poder
Ejecutivo estatal ha quedado Carlos Mendoza Davis, hijo del primer gobernador
electo en BCS, el priísta Ángel César Mendoza Arámburu).
En un país donde con frecuencia se logra en casos críticos
la compra de votos de senadores, diputados o regidores y síndicos para aprobar
proyectos dañinos al interés popular, los arreglos a escondidas de la mayoría
de los integrantes del cabildo de La Paz encajan en un libreto de poderes
coaligados para instalar esa mina tachada de dañina a la ecología regional. La
empresa Los Cardones (Desarrollos Zapal) forma parte de Invecture Group, donde
Julio Belmont Garibay es el director de relaciones gubernamentales y fue
directivo de Banca Quadrum, que presidió John Detmold y en la que fue
accionista Salinas Pliego. Detmold es fundador y directivo de Invecture Group.
David de La Paz es el coordinador regional de Tv Azteca e impulsor del Frente
Pro Desarrollo Sustentable, organización antagónica al movimiento social que
lucha contra la minería tóxica de Los Cardones.
Ambientalistas y ciudadanos, movimientos y protestas están
bajo vigilancia de una policía privada: Adamantium Private Security Services,
que según los opositores a Los Cardones es también parte del Grupo Salinas
(http://goo.gl/Z9uwFy) y es dirigida por Luis Cárdenas Palomino, miembro del
grupo central de Genaro García Luna (Carlos Ibarra escribió un reportaje
ilustrativo en La Jornada Baja California: http://goo.gl/TG0Lr6). A pesar de
todo, continúa la protesta nucleada en el Frente Ciudadano en Defensa del Agua
y la Vida, ante el poder del Grupo Azteca, el cómplice Partido Verde Ecologista
de México (cuatro mentiras), que tiene como senadora a Ninfa Salinas Sada (hija
del magnate) en la presidencia de la comisión de medio ambiente y recursos
naturales y a Rafael Pacciano como secretario federal del medio ambiente. La
ecología nacional en manos del Verde-Azteca.
El poeta Hugo Gutiérrez Vega ha dejado de estar presente en
términos físicos. Diplomático, actor, abogado y autor de una reconocida obra
literaria, fue un notable director de La Jornada Semanal (donde Luis Tovar fue
su acompañante y amigo) y aportó su bonhomía, experiencia y prudencia en tareas
tan distantes de las musas como fue la presidencia del consejo de
administración de Desarrollo de Medios, la empresa que edita La Jornada. A sus
81 años, galardonado y reconocido constantemente en universidades y centros
culturales, voz y espíritu preocupados por lo que sucede en México, intelectual
sin alejamiento de la realidad ni distante de la batalla colectiva por salvar a
la nación, don Hugo cerró sus páginas terrenas y dejó a su familia, a los
jornaleros y a los mexicanos un recuerdo y un ejemplo valiosos.
Y, mientras Peña Nieto trata de retomar vuelo en las pistas
internacionales donde un año atrás le elogiaban al extremo de considerarlo un
inminente líder mundial, todo un estadista latinoamericano, a diferencia de la
realidad actual de ese gobierno desfondado y en crisis, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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