Por.- Alfredo Calva
El PRI hundido con un holgazán al frente…………..
En la segunda semana del mes de octubre del año pasado, se filtro la
información de que, Chris López Alvarado, seria ungido por su mentor político,
Manlio Fabián Beltrones Rivera, en esos tiempos líder nacional del PRI, como
dirigente estatal del partido en esta entidad, los grupos al interior del
tricolor expresaron su profundo rechazo hacia el ex diputado federal, las
razones fundamentales de este repudio, su incapacidad, ineficiencia e inexperiencia
políticas, y su holgazanería.
Pese a los rechazos y expresiones de denostación, su protector lo designó como
el máximo jerarca del PRI en el Estado, y para blindarlo y evitar que cometiera
los yerros acostumbrados, y lo auxiliaran en el mejoramiento de su degradada
imagen y presencia, -en este tenor hay que recordar que en el 2013 fue
designado por la ciudadanos bajacalifornianos non grato luego de hacer una férrea defensa del incremento
en el IVA en la frontera durante su gestión como legislador federal-, le asignaron a un experto
en la comunicación, Ariel Lizárraga, quien a
partir de ese momento seria su fiel escudero y confidente.
Finalmente, y como es costumbre entre
los priístas, aceptaron la imposición del ex legislador federal agachando la
cabeza y con sumisión aceptaron el capricho de Beltrones Rivera, y el viernes
23 de octubre, Chris López, se convierte en su líder estatal.
Desde el inicio de su gestión, Chris
López, mostró y demostró en su quehacer político, el porque no lo querían sus
copartidarios ,-no se incluyen su petulancia y estólida soberbia-, su
incapacidad, ineficiencia e inexperiencia política y su gran holgazanería.
Sectores, vertientes y organismos
inherentes al tricolor, aceptaron reunirse con él y dialogar armoniosamente
sobre los temas de su partido, con tal de no disgustar al jerarca nacional, a
quien todavía guardaba la imagen de mito, esa que le destrozo el dirigente del
PAN, Ricardo Anaya, el domingo cinco de junio.
El
trabajo, si así se le puede llamar a lo realizado por Chris López y su confidente,
Ariel Lizárraga, se puede analizar en dos etapas, la de antes del cinco de
junio, día de la elección, y la posterior a la debacle tricolor.
La primera
estuvo plagada de yerros, confrontaciones con los grupos internos de su
partido, enfrentamiento con sus candidatos, incumplimientos de acuerdos, omisiones,
ausencia de liderazgo para dar cohesión rumbo, sentido y lo más importante,
unidad a los priístas en torno al el propio partido y sus candidatos.
Posterior
a la desgracia tricolor, su protector, Beltrones Rivera, asume una postura de
dignidad y ética política y se retira de la diligencia nacional, no así su pupilo,
quien es obvio que su intelecto no le alcanza para entender de que su ética
política para con su partido y militantes, es la de irse de la posición que le regalaron
y que sólo le sirvió para colocar al PRI como tercera fuerza política en el
Estado.
Sin
embargo, Chris López, solo sigue la técnica del avestruz ocultando la cabeza y a
través de la simulación dar la apariencia de que va trabajando en la reestructuración
de su partido, lo que se refleja en la actividad de su escudero, Ariel
Lizárraga, quien lleva meses sin enviar boletínes de prensa y sin dar a conocer
la agenda del denostado dirigente.
Hasta el
momento la situación de comodidad y holgazanería en la que se ha establecido
Chris López y su escudero, esta a punto de colapsar, la próxima visita del
líder nacional, Enrique Ochoa Reza, a esta entidad pondrá al descubierto todas
sus deficiencias, embustes, omisiones e incumplimientos que contribuyeron
enormemente en la desastrosa derrota tricolor.
Uno holgazán,
el otro perezoso y el PRI hundido.
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