Rosarito Informa.-Si
México no regula la operación de sus casinos puede estar favoreciendo
el lavado de dinero a través de ellos; también puede estar anclado el
crimen organizado, señaló en su visita a Tijuana, Daniel Amoroso,
presidente mundial de los sindicatos del sector de Juegos de Azar de la
unión Network International.
Recomendó
que el gobierno mexicano actualice la ley en esta materia, a fin de que
la actividad de los casinos sea controlada de manera efectiva, sin dar
cabida a que se instauren casinos en forma ilícita.
“Ustedes
están a la mitad del camino a nuestro criterio y con mucho respeto:
ustedes tienen una ley que es obsoleta, es del 40, el juego en el año
40 no es lo mismo que en el siglo XXI, que después fue modificada, por
el ex presidente Fox y a mi criterio no le trajo claridad, por el
contrario le permitió a algunos entrar en una zona gris”.
El
primer paso es analizar y estudiar los establecimientos existentes. Y
aquellos que no cumplen con las normas vigentes que sean clausurados
inmediatamente, sugirió Amoroso.
“Desde
ahí sancionar una ley, si es federal mejor, si no provincial, y desde
ahí comenzar una nueva etapa; los preexistentes que están dentro del
marco legal; que tienen sus trabajadores en blanco, que pagan sus
impuestos, tienen que estar y ser controlados por el Estado y los que
no cumplen con esos requisitos hay que cerrarlos de forma inmediata”,
subrayó.
Más casinos ilegales que legales
Amoroso
instó a comenzar una etapa nueva en lo que al tema se refiere dejando a
tras lo más pronto posible la realidad que hoy prevalece en este país:
existen actualmente más casinos que funcionan ilegalmente que los que
están dentro del marco de la ley.
Dijo
que la información que tiene el sector que representa es que hay entre
180 y 190 casinos irregulares y entre 150 y 160 legales.
“Con
los casinos irregulares es imposible recaudar dinero banco; esos fondos
no van a la asistencia social van a la corrupción (...) por eso hay
que sacar una ley que dé el marco para la idiosincrasia de cada ciudad”.
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