Por Gerardo Fragoso M.
El fracaso del Bajatón
Si el Bajatón, celebrado el sábado pasado en el estadio Caliente, era un evento de relaciones públicas, fue un fracaso.
Si el Bajatón era un evento para promocionar la imagen de Brenda Lucila Ruacho Bernal, también fue un fracaso.
Vayamos por partes:
Como evento de relaciones públicas, el Bajatón no funcionó.
Si la idea era mostrarle a Pedro Fernando Landeros Verdugo, presidente de Fundación Teletón, que la sociedad bajacaliforniana está unida en torno a la idea de construir un CRIT, el tiro salió por la culata.
A Landeros, que vio llenarse el estadio Azteca, con boletos cobrados, en los cierres de los primeros Teletones, que trajo en 2002 a Mariah Carey, quien estaba en la cumbre, para ponerle broche de oro a otro, debió parecerle penoso que se tuviera que dejar el acceso libre, porque no se vendieron las entradas para el evento, y que, ni así, se llenara el campo de los Xolos.
Tampoco pudo Ruacho convocar, ni con la presencia de su esposo, el gobernador Francisco Arturo Vega De Lamadrid, a un grupo amplio y heterogéneo de organizaciones de la sociedad civil, de personajes con nombre y peso propios, que respaldaran su proyecto.
Era para que ahí hubiesen estado Lupita Jones, Julieta Venegas, Érik Morales. O empresarios de todos los colores y filiaciones. Era para que se hubiera sentido que Baja California si quería un CRIT.
Pero no. Cero convocatoria.
Fueron los empresarios que tenían que estar, los que aquí viven y trabajan, los que no tenían de otra, los que no podían desdeñar a la primera dama, so pena de ser objeto de una reprimenda.
También fue de poco tacto que los hijos de Ruacho, como en fiesta familiar, le hicieran un video a su progenitora, donde le dijeron que están muy orgullosos de su esfuerzo para traer el CRIT.
¿Y los empresarios que pusieron los recursos?¿Y las personas que botearon? El agradecimiento debió ser más incluyente, ¿no?
Como evento para lanzar a lo grande la imagen de Ruacho, el Bajatón tampoco funcionó.
Y es que, si la esposa de Vega no tiene convocatoria arriba, como ya dijimos, demostró que mucho menos la tiene abajo.
De entrada, los organizadores del Bajatón creyeron que bastaba con traer a la banda El Recodo, y un puñado de artistas juveniles y conductores de Televisa, para cobrar el evento a precios nada populares.
Armaron el programa musical con cantantes que, en su mayoría, no son de arrastre, sino de los que necesitan promoción.
Luego, los 35 mil boletos se dividieron en tres precios: 110 en General, 210 en Preferente y 520 en VIP.
Eso provocó que, a la hora en que estaba programado el arranque del evento, solamente hubiera 300 personas en el estadio Caliente. ('Tijuanenses acuden al Bajatón'; llegan a la meta', David Chirinos, UniRadio Informa) Ante ello, se tomó la decisión de hacer gratuita la entrada, a las 20:00 horas ('Éxito de Bajatón, construirán el CRIT', Laura Bueno Medina, El Sol de Tijuana, 3 de agosto de 2014, páginas 1 y 11-A).
Pero, a pesar del acceso libre, solamente se ocuparon "casi" 11 mil de los 35 mil lugares disponibles ('Bajatón llega a la meta; BC tendrá su CRIT', Ángela Torres, Frontera, página 8, 3 de agosto de 2014).
Si Ruacho tiene alguna intención proselitista, no es buena carta de presentación que solo se ocupara el 31.42% de los lugares en un evento que giró sobre su persona y, por lo tanto, sirvió como medida de qué tanta gente puede convocar.
Baja California va a tener su CRIT porque estaba escrito que así sería, porque ya se tenía amarrado el dinero con los empresarios que apoyaron, para que fuese de esa forma. Así que esa no era la meta del Bajatón.
Los objetivos del evento eran, aparentemente, otros. Y en esos, resultó un fracaso.
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