martes, 16 de septiembre de 2014

Expediente Político

Por.- Alfredo Calva
Astiazaran, cegado y sordo


Definitivamente Jorge Astiazaran Orcí, alcalde de Tijuana, no quiere ver y escuchar de las trapacerías y corruptelas que viene realizando su subordinado Bernardo Padilla Muñoz, quien despacha como titular de la Secretaria de Gobierno en el XXI Ayuntamiento de Tijuana.



La omisión e indolencia en que ha incurrido el primer edil en este sentido es lo que le ha permitido a Padilla Muñoz, expandir su imperio de corrupción en las áreas de Vialidad, Inspección y Alcoholes.


La protección y promoción que hace el Secretario de Gobierno, ha generado que la presente administración haya incurrido desde sus primeros meses de gestión en las irregularidades e ilegalidades en que se desenvolvieron la administración de Carlos Bustamante, y a la cual se le ha criticado ácidamente por ello.


Para él no es nuevo andar inmerso en estas lides, ya lo hizo con singular alegría durante su paso en la dirección de Inspección y Verificación durante el mandato de Jorge Hank Rhon, permitió la operación de los giros negros durante toda la noche, la venta de alcohol sin contar con el permiso correspondiente, protegió las famosas salas de masajes convertidas en prostíbulos, se vio inmiscuido en serios señalamientos de corrupción e incapacidad a tal grado de haber sido amenazado en varias ocasiones por su criterio obtuso en la toma de decisiones.


Estas irregularidades e ilegalidades, orillaron al entonces alcalde retirarlo del área de inspección, y no lo dio de baja de la nomina del gobierno municipal, porque como todo buen junior, lo salvo la amistad existente entre su padre y Jorge Hank Rhon, enviándolo como responsable de la delegación municipal Sánchez Taboada, sitio en el que lucio a plenitud su mediocridad como funcionario público.


Ahora como segundo hombre más importante y fuerte políticamente después de Jorge Astiazaran, y ante la ceguera y sordera de éste, aprovecha la oportunidad y ha tendido sus redes en las dependencias que generan sustanciales ganancias externas a quien o quienes las operan, colocando en ellas a personal que es proclive a la corrupción y de fácil manipulación.


En Inspección situó a José Antonio Olivas Heredia, en la dirección de transportes a José Luis Hernández Silerio y en alcoholes a Francisco Javier Mercado Flores, los tres incondicionales de Padilla Muñoz, bailan y cantan al son que les toque el Secretario de Gobierno.


En las tres dependencias los problemas de corrupción son del dominio público, como simple referencia (en posterior entrega se hará de forma detallada) diremos que en Inspección, la autorización de operación de los giros negros fuera de los horarios oficiales establecidos para este tipo de negocios es abierta y de fácil acceso para los propietarios que cubran la cuota exigida, la cual dependerá del tipo de antro del que se trate.


En vialidad, las cuotas a taxis libres clonados, piratas, amparados, transporte de   carga, transporte masivo, varían desde los 150 hasta los mil pesos, dependiendo del giro en que se desempeñen. En alcoholes, la venta de licor sin contar con el permiso dependerá del tipo de venta que se realice, si son simples clamatos preparados con cerveza, venta de cerveza y licor, o la venta de bebidas en restaurantes, bares, etc, fluctúa entre los 300 a los mil dólares.


La recolección de los pagos extraoficiales no la ejecutan los subordinados de Padilla Muñoz, de acuerdo a datos proporcionados por personal cercano a éste, no quieren dejar huellas y pistas al personal de Sindicatura Municipal, cuyo titular, licenciado Arturo Ledesma Romo, ha girado la instrucción de combatir las prácticas corruptas que fomentan y solapan desde la Secretaria de Gobierno, para la recaudación de los dineros emplean a los ¨tres huastecos¨, de apellidos Gutiérrez, Armenta y Fuentes.


A estos caballeros se les ve de manera constante haciendo antesala en las oficinas de la Secretaria de Gobierno en espera de ser atendidos por Jesús Velasco, quien ejecuta las tareas de caja de depósitos y probablemente la de distribuidor de partidas financieras.


Todo esto que ocurre un día sí y el otro también, no quiere ser visto por el alcalde Jorge Astiazaran, su discurso de honestidad y probidad gubernamental se estrella con la realidad, no presta oídos a quienes le han informado de las anomalías emanadas de la Secretaria de Gobierno, la indolencia y omisión son claras, y este actuar alienta la corrupción en la que él se convierte en corresponsable.


Lo dicho, cegado y sordo.

No hay comentarios: