Por.- Alfredo Calva
L. Torres y su personalidad fingida…..
Transitando con un rostro que oculta su verdadera personalidad, Laura Torres Ramírez, logro engañar por meses a los priistas rosaritenses, mostrándose ante ellos cordial, amable, tolerante y hasta con sensibilidad social, logro crear una falaz imagen que le permitió accesar a las líderes tricolores para intentar convencerlas de las bondades de su proyecto político con miras a conquistar la candidatura a la alcaldía por el partido que en lo privado, reniega y desprecia, el PRI.
Durante más de dos años Laura Torres, hoy diputada local por la vía plurinominal, ya que fue vencida en la contienda del 2013 por el representante de la alianza PAN, PEBC, PRD y PANAL, Felipe Mayoral, engañó a los priistas mostrándoles una personalidad contraria a la que en la realidad vive, la de una mujer que se enfurece y convulsiona rayando en la esquizofrenia cuando no resultan sus caprichos.
De lo anterior ha dado cuenta en dos ocasiones, la primera, en las instalaciones de su módulo, y la segunda, en las oficinas del PRI rosaritense, ante la presencia del delegado especial, Enrique Acosta Fregoso y priistas que ratificaron lo visto en la primera ocasión, quienes al igual que la anterior vez, quedaron boquiabiertos y pasmados por la mutación de Laura Torres en un ente iracundo esquizofrénico que insultaba y amenazaba a priistas, en especial, al dirigente municipal, Antonio Serret.
El rostro de ira descontrolada, de esquizofrenia, daba la sensación de pasar de la agresión verbal a la física en cualquier instante, Laura Torres mostro lo que es su verdadera personalidad y se despojó de la careta que durante meses porto tras una hipócrita actitud de comprensión, tolerancia y sensibilidad política.
La causal de que emergiera su verdadera personalidad en las dos ocasiones, fue detonada por la dirigencia municipal del PRI, al darle a conocer que, en la región electoral que le fue encomendada por el PRI, la colonia Constitución, la estructura partidista solo era competencia del organismo político, a ella solo le competía realizar activismo político en favor de la abanderada a la diputación federal por el VIII distrito, Rosana Soto Agüero.
Este acotamiento la torno furibunda e histérica, al borde de la esquizofrenia compulsiva agresiva, no podía permitir tal situación, si a ella se le asignó la colonia Constitución, seria ella quien nominara a los integrantes de la estructura partidista y a quienes tuvieran a su cargo el activismo electoral -acción que por cierto a tres semanas de la elección ha sido exiguo-- dejando en claro que, si las circunstancias no se daban como ella quería, pues entonces no aceptaría la encomienda.
Y la razón de ese empecinamiento, es su ambición enfermiza de lograr ser candidata a la alcaldía de Rosarito por el PRI, sin embargo, esta situación se encuentra muy alejada de la realidad política que vive la señora en la comunidad a la que mediáticamente se jacta de defender y apoyar desde su curul, pero que en la praxis hace de lado para buscar solo satisfacer sus aviesos interese personales, en especial, porque no encaja con la ciudadanía, no logra la empatía con los votantes, ni con los de su partido. Prueba de ello, su última jornada medico asistencial que llevo a efecto, en la que solo acudieron sus colaboradores y un par de ciudadanos.
La personalidad esquizofrenia de Laura Torres develada por si misma ante sus compañeros de partido y el delegado Acosta Fregoso, la coloca a los ojos de sus correligionarios en su justa dimensión, donde muestra la verdadera personalidad que vive y que con engaños oculto, mostrando a los priistas la caprichosa e intolerante persona que siempre ha escondido bajo la cama con el afán de no conozcan lo nocivo de su personalidad.
¿Saldrán a relucir más “cualidades”?
Ironía…..
Es que, se finja ser lo que no se puede ser, y terminen siendo lo que no se quiere ser.
L. Torres y su personalidad fingida…..
Transitando con un rostro que oculta su verdadera personalidad, Laura Torres Ramírez, logro engañar por meses a los priistas rosaritenses, mostrándose ante ellos cordial, amable, tolerante y hasta con sensibilidad social, logro crear una falaz imagen que le permitió accesar a las líderes tricolores para intentar convencerlas de las bondades de su proyecto político con miras a conquistar la candidatura a la alcaldía por el partido que en lo privado, reniega y desprecia, el PRI.
Durante más de dos años Laura Torres, hoy diputada local por la vía plurinominal, ya que fue vencida en la contienda del 2013 por el representante de la alianza PAN, PEBC, PRD y PANAL, Felipe Mayoral, engañó a los priistas mostrándoles una personalidad contraria a la que en la realidad vive, la de una mujer que se enfurece y convulsiona rayando en la esquizofrenia cuando no resultan sus caprichos.
De lo anterior ha dado cuenta en dos ocasiones, la primera, en las instalaciones de su módulo, y la segunda, en las oficinas del PRI rosaritense, ante la presencia del delegado especial, Enrique Acosta Fregoso y priistas que ratificaron lo visto en la primera ocasión, quienes al igual que la anterior vez, quedaron boquiabiertos y pasmados por la mutación de Laura Torres en un ente iracundo esquizofrénico que insultaba y amenazaba a priistas, en especial, al dirigente municipal, Antonio Serret.
El rostro de ira descontrolada, de esquizofrenia, daba la sensación de pasar de la agresión verbal a la física en cualquier instante, Laura Torres mostro lo que es su verdadera personalidad y se despojó de la careta que durante meses porto tras una hipócrita actitud de comprensión, tolerancia y sensibilidad política.
La causal de que emergiera su verdadera personalidad en las dos ocasiones, fue detonada por la dirigencia municipal del PRI, al darle a conocer que, en la región electoral que le fue encomendada por el PRI, la colonia Constitución, la estructura partidista solo era competencia del organismo político, a ella solo le competía realizar activismo político en favor de la abanderada a la diputación federal por el VIII distrito, Rosana Soto Agüero.
Este acotamiento la torno furibunda e histérica, al borde de la esquizofrenia compulsiva agresiva, no podía permitir tal situación, si a ella se le asignó la colonia Constitución, seria ella quien nominara a los integrantes de la estructura partidista y a quienes tuvieran a su cargo el activismo electoral -acción que por cierto a tres semanas de la elección ha sido exiguo-- dejando en claro que, si las circunstancias no se daban como ella quería, pues entonces no aceptaría la encomienda.
Y la razón de ese empecinamiento, es su ambición enfermiza de lograr ser candidata a la alcaldía de Rosarito por el PRI, sin embargo, esta situación se encuentra muy alejada de la realidad política que vive la señora en la comunidad a la que mediáticamente se jacta de defender y apoyar desde su curul, pero que en la praxis hace de lado para buscar solo satisfacer sus aviesos interese personales, en especial, porque no encaja con la ciudadanía, no logra la empatía con los votantes, ni con los de su partido. Prueba de ello, su última jornada medico asistencial que llevo a efecto, en la que solo acudieron sus colaboradores y un par de ciudadanos.
La personalidad esquizofrenia de Laura Torres develada por si misma ante sus compañeros de partido y el delegado Acosta Fregoso, la coloca a los ojos de sus correligionarios en su justa dimensión, donde muestra la verdadera personalidad que vive y que con engaños oculto, mostrando a los priistas la caprichosa e intolerante persona que siempre ha escondido bajo la cama con el afán de no conozcan lo nocivo de su personalidad.
¿Saldrán a relucir más “cualidades”?
Ironía…..
Es que, se finja ser lo que no se puede ser, y terminen siendo lo que no se quiere ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario